Recientemente, Banco Santander anunció un acuerdo con OpenAI, la empresa de Sam Altman, creador de ChatGPT. El objetivo es convertirse “en banco nativo en IA, con decisiones, procesos e interacciones que se basan en datos y tecnología inteligente”. Como siempre, cuando se trata la irrupción de la inteligencia artificial, surge la duda de cómo afectará al empleo, y más cuando Santander ha cerrado 109 oficinas en España entre junio de 2024 y el mismo mes de 2025.
Desde la entidad bancaria aseguran que “es una estrategia para modernizar y liderar el cambio hacia una banca más personalizada, ágil y eficiente”. No es el primer acercamiento de la empresa de Ana Botín a la inteligencia artificial, de hecho, afirman que llevan años usándola en ámbitos como la detección de fraude y la atención al cliente. “Esos proyectos ya dan resultados tangibles y constituyen el punto de partida de nuestra nueva estrategia. Con la adopción de la inteligencia artificial generativa y agentes de IA, no solo optimizamos procesos, también redefinimos lo que puede ser la banca”, aseveran.
En el horizonte 2026-2027, el propósito de Santander es ampliar el uso de agentes de inteligencia artificial, transformar los procesos comerciales (front office) y administrativos (back office), y avanzar hacia una banca plenamente conversacional. Para ello, el próximo año lanzarán un plan formativo obligatorio en IA para toda la plantilla.
Banco digital con sucursales vs cierre de oficinas
El propio Banco Santander, en un artículo publicado en su web, indica que el riesgo de automatización de una ocupación depende de las tareas que se llevan a cabo en ella. En términos generales, “las ocupaciones en las que se realizan tareas repetitivas y predecibles, como la transcripción de datos, la fabricación en línea de montaje o la contabilidad básica, son más susceptibles de ser reemplazadas por máquinas. En cambio, las ocupaciones que requieren habilidades sociales, creatividad, toma de decisiones o resolución de problemas complejos corren menor riesgo de automatización”, sostienen.
Con 176 millones de clientes totales, desde Santander indican que están desarrollando “un nuevo modelo operativo para construir un banco digital con sucursales, con una oferta multicanal que cubra todas las necesidades financieras de nuestros clientes”.
En cierto modo, esta pretensión choca con la realidad. Según el último informe semestral del banco, entre junio de 2024 y junio de 2025 se han cerrado 109 sucursales en España (de 1.833 a 1.724). Las estimaciones de CGT son que en el segundo semestre se echará la persiana a otras 50 oficinas.
No es una estrategia local exclusivamente: en todo el mundo, el banco de Ana Botín ha eliminado 776 oficinas y ha abierto 111. Por lo tanto, el saldo negativo es de 665. España es el segundo país más afectado, solo por detrás de Brasil, que lidera con holgura este ranking (558 sucursales menos hay en este país sudamericano). Todo ello, obviamente, ha tenido efecto directo en la plantilla, puesto que el número de empleados ha caído en 5.223 personas. El área más afectada ha sido la de Retail & Commercial Banking (-3.276).
En lo anterior, aún no se incluyen las 95 oficinas que la filial de Santander en el Reino Unido anunció, el pasado mes de marzo, que iba a cerrar a partir de junio (afectando a 750 empleados). Surge ahora la duda de si esta decisión cambiará tras la adquisición de TSB, la filial británica de Sabadell.
Recientemente, se le preguntó al consejero delegado del banco, Héctor Grisi, sobre estos cierres de oficinas, y aseguró que no se trata de cierres como tal, sino de una “adaptación a los cambios” en las necesidades de los clientes. Aunque están ampliando las soluciones digitales, Grisi afirmó que Santander seguirá siendo un “banco digital con sucursales”. “Nunca vamos a ser puramente digitales (…). Tiene una ventaja adicional tener estructura de sucursales porque podemos hacer mucho más con los clientes”, dijo.
El FMI estima que la IA afectará al 60% de los empleos en las economías avanzadas
El Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmó en 2024 que la IA afectaría a alrededor de un 60% de los empleos en las economías avanzadas. La mitad de los empleos que están expuestos, agregaron en el FMI, “podrían beneficiarse de la integración de la IA, que mejoraría la productividad. En la otra mitad, las aplicaciones de IA pueden ejecutar tareas que en la actualidad son realizadas por seres humanos, lo cual podría reducir la demanda de mano de obra, con una consiguiente merma de los salarios y la contratación. En los casos más extremos, algunos empleos pueden desaparecer”.
Peores perspectivas tenían a mediados de 2023 en Goldman Sachs, uno de los bancos más grandes del mundo. En concreto, elucubraban con que, “si la IA generativa cumple sus promesas, el mercado laboral podría sufrir importantes alteraciones”. “Utilizando datos sobre tareas profesionales en EE.UU. y Europa, descubrimos que aproximadamente dos tercios de los empleos actuales están expuestos a algún grado de automatización por IA, y que la IA generativa podría sustituir hasta una cuarta parte del trabajo actual. La extrapolación de nuestras estimaciones a escala mundial sugiere que la IA generativa podría exponer a la automatización el equivalente a 300 millones de empleos a tiempo completo”, indicaron.
En otro informe, elaborado por Citi, se estima que un 54% de los empleos bancarios en el mundo podrían automatizarse y un 22% serían realizados con mayor efectividad por una inteligencia artificial (es decir, corren riesgo de desaparecer). Es, siempre según este estudio, el sector más proclive a sufrir las consecuencias de la irrupción de la inteligencia artificial, por delante de otros como los seguros, las plataformas de software o los mercados de capital.