La situación del pequeño comercio español sigue empeorando, con una pérdida de 14.041 establecimientos en el último año, incluyendo 2.593 solo en julio en comparación con el mes anterior. Estos datos provienen de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (Uatae).
Según la organización, en España se ha registrado un promedio de 38 cierres diarios de comercios en el último año, situación que Uatae describe como «una sangría que no cesa» y que repercute negativamente en la vida comunitaria, la economía local y el entramado productivo.
Impacto en el comercio minorista
María José Landaburu, secretaria general de Uatae, ha expresado su preocupación por el declive del comercio minorista. «No se trata solo de números, detrás de cada cierre hay proyectos de vida, redes vecinales, puestos de trabajo indirectos y un modelo de ciudad que se deteriora», ha indicado.
Desde Uatae se señala que el aumento en los precios de los alquileres comerciales, la falta de estrategias digitales efectivas y la desregulación horaria que favorece a las grandes corporaciones están creando una «tormenta perfecta» que ha estado formándose durante años.
La organización exige una intervención firme por parte de las autoridades, que debería incluir la regulación de alquileres en áreas críticas, restricciones a la liberalización de horarios en grandes superficies y un plan de digitalización orientado al comercio de proximidad.
«No se puede seguir mirando hacia otro lado, el comercio local es parte de la identidad de nuestros pueblos y ciudades, genera empleo estable, cuida la economía circular y vertebra el territorio. Necesitamos que las políticas públicas pongan al pequeño comercio en el centro, regulación, apoyo y herramientas para que no se extinga», ha subrayado.
Uatae también destaca la necesidad de proteger al comercio de las prácticas especulativas que están transformando locales comerciales en viviendas turísticas o franquicias, desplazando a los negocios tradicionales.