Talgo ha decidido posponer la presentación de sus resultados semestrales hasta el 30 de septiembre, originalmente planificada para este viernes, 1 de agosto, ante la posible incorporación de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) a su estructura accionarial.
La empresa ha optado por esta modificación en su agenda para permitir una revisión más detallada de sus últimos estados financieros por auditores externos, informó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Esta situación se enmarca dentro de la posible operación de aumento de capital social anunciada el pasado martes, 29 de julio, que será evaluada en una junta general extraordinaria de accionistas.
«Con esta medida, Talgo refuerza su compromiso con la máxima transparencia informativa hacia el mercado y sus inversores, asegurando que los estados financieros intermedios reflejen de forma fiel y contrastada la situación económico-financiera de la sociedad en un momento especialmente relevante», explicó la compañía.
La SEPI ha anunciado su plan de entrar en el capital de Talgo mediante una ampliación de capital de 45 millones de euros, complementada con un préstamo convertible en acciones de 30 millones de euros.
No obstante, la SEPI ha enfatizado que esta inversión está condicionada al cumplimiento de ciertos requisitos, incluyendo la finalización de la adquisición de un 29,77% del capital de Talgo por un consorcio liderado por el grupo industrial vasco Sidenor (junto al Gobierno vasco y las fundaciones BBK y Vital), actualmente en manos del fondo Trilantic.
Además, este consorcio deberá adquirir otras obligaciones convertibles de 75 millones de euros, bajo las mismas condiciones que la SEPI.
Por otro lado, las entidades financieras de Talgo tendrán que aprobar un nuevo esquema de endeudamiento dividido en dos tramos: un financiamiento de 650 millones de euros con un plazo de 6 años y una línea de circulante de 120 millones con vencimiento a tres años, con posibilidad de extensión por dos años adicionales.
Además, se establecerá una nueva línea de avales por 500 millones de euros por parte de las entidades financieras para facilitar la contribución de la SEPI.