En 2024, el ámbito bancario global enfrentará pérdidas estimadas en más de 1,03 billones de dólares (aproximadamente 890.000 millones de euros), debido al uso de sistemas obsoletos incapaces de contrarrestar estafas en tiempo real. Estas estafas suelen urgir a las víctimas a realizar transacciones precipitadas, explotando la tecnología anticuada del sector.
Según el informe ‘Soluciones impulsadas por IA para un problema de un billón de dólares’ de SAS, la complejidad y el volumen de las estafas han ido en aumento, mientras que la respuesta en materia de seguridad bancaria no ha evolucionado a la par. Ana Collado, Fraud & Security Intelligence Manager para SAS en Iberia, señaló: ‘Los delincuentes utilizan las mismas tecnologías avanzadas de las que dependen las instituciones, a la vez que explotan factores psicológicos como la urgencia, el miedo y la falsa autoridad para obligar a las víctimas a actuar.’
La Alianza Global Antiestafa (GASA) confirma que, tan solo en 2024, las pérdidas globales por estafas superaron los 1,03 billones de dólares. Además, casi la mitad de los consumidores experimentan intentos de estafa semanalmente, y solo un 4 por ciento logra recuperar completamente su dinero.
El análisis de SAS también destaca cinco vulnerabilidades principales en bancos y otras instituciones financieras, que incluyen sistemas de riesgo, fraude y delitos financieros desconectados que impiden una visión unificada de la actividad del cliente. La fragmentación de datos agrava el problema, permitiendo que las estafas de ingeniería social pasen desapercibidas y limitando la eficacia de los modelos para identificar comportamientos fraudulentos.
Además, el informe advierte sobre los sistemas basados en reglas obsoletas que fallan al detectar comportamientos manipulados por estafadores y no solo anomalías transaccionales. En respuesta, SAS sugiere la necesidad de integrar análisis de comportamiento y modelos de intención más dinámicos para mejorar la detección y respuesta ante estas actividades delictivas.











