El grupo industrial alemán Thyssenkrupp prevé cerrar el ejercicio en marcha, que finalizará en septiembre de 2026, con unos números rojos de entre 400 y 800 millones de euros. Esta horquilla contrasta con el beneficio neto atribuido de 465 millones registrado en el último año fiscal y responde, en gran medida, al impacto de las provisiones ligadas al profundo plan de reestructuración de su división europea de acero (Steel Europe). La compañía mantiene conversaciones para su venta con la india Jindal y ha anunciado un recorte de capacidad y de empleo que afectará a unas 11.000 personas.
“Nuestra previsión tiene en cuenta las persistentes dificultades del mercado y las medidas de eficiencia y reestructuración en nuestros segmentos”, declaró Axel Hamann, director financiero de Thyssenkrupp, para quien las medidas previstas para el presente ejercicio, especialmente en el negocio del acero y en tecnología automotriz, sientan las bases para una mejora sostenible de los resultados.
Para el ejercicio 2025/2026, la compañía contempla que la cifra de negocio se mueva en una franja de entre el -2% y el 1%. Este comportamiento reflejará un repunte de la demanda en las áreas de Servicios de Materiales y Steel Europe, que se verá compensado por descensos en Tecnología Automotriz y en Tecnologías de Descarbonización.
En paralelo, la multinacional espera alcanzar un Ebit ajustado situado entre 500 y 900 millones de euros. El flujo de caja libre antes de operaciones de fusiones y adquisiciones se situará, según sus estimaciones, en un rango de entre -600 y -300 millones de euros, incluyendo salidas de caja de alrededor de 350 millones de euros destinadas a financiar el proceso de reestructuración, con el foco principal en Tecnología Automotriz y Steel Europe.
La semana pasada, la empresa comunicó que la reorganización del negocio del acero, que se aplicará de forma inmediata, implicará una reducción de la capacidad productiva, ajustándola a la situación del mercado, hasta un nivel de envíos de entre 8,7 y 9 millones de toneladas métricas. El plan contempla además la eliminación o externalización de unos 11.000 puestos de trabajo.
Tras el fracaso de las negociaciones entre el conglomerado alemán y el multimillonario checo Daniel Kretínsky para la venta de la filial siderúrgica de Thyssenkrupp, la compañía está analizando la oferta indicativa no vinculante presentada por la india Jindal Steel International para hacerse con Thyssenkrupp Steel Europe.
En lo que respecta a las cuentas del ejercicio 2024/25, cerrado el pasado mes de septiembre, Thyssenkrupp logró un beneficio neto atribuido de 465 millones de euros, frente a las pérdidas de 1.506 millones del año anterior. Esta mejora se explica principalmente por la reversión de pérdidas por deterioro de la participación restante en TK Elevator y por la desinversión de Thyssenkrupp Electrical Steel India.
De su lado, “a pesar de los continuos desafíos económicos”, el grupo incrementó de forma notable la entrada de pedidos, que alcanzó los 37.700 millones de euros, frente a los 32.800 millones del ejercicio previo, gracias sobre todo al tirón de la división de submarinos. Sin embargo, la facturación total del grupo se redujo un 6,3%, hasta 32.800 millones.
“Debemos asumir que las difíciles condiciones del mercado persistirán durante el próximo ejercicio”, advirtió Axel Hamann, señalando la importancia de una “implementación decidida” de los programas de eficiencia y reducción de costes en todos los segmentos.










