El Tribunal General de la Unión Europea ha decidido este miércoles desestimar el recurso interpuesto por la aerolínea de bajo coste Ryanair contra la decisión de la Comisión Europea que autorizó la ayuda pública de 2.550 millones de euros concedida por el Gobierno de Portugal para la reestructuración de la compañía aérea TAP.
El origen del litigio se sitúa en diciembre de 2021, cuando Bruselas aprobó el paquete de apoyo financiero, articulado mediante una garantía sobre un préstamo y una medida de recapitalización. El plan de rescate de la aerolínea lusa incluía también la transformación de un préstamo estatal ya concedido en recursos propios de la empresa.
En su recurso, Ryanair sostenía, entre otros argumentos, que la ayuda no cumplía las exigencias del marco europeo de ayudas de Estado, al cuestionar que el plan de reestructuración fuera «realista, coherente, de gran alcance e idóneo», requisitos necesarios para que la Comisión pueda autorizar este tipo de medidas.
La sentencia del Tribunal General, frente a la que aún cabe interponer recurso de casación, concluye que la Comisión demostró que TAP reunía los requisitos para beneficiarse de una ayuda de reestructuración y que evaluó de manera correcta que la intervención pública perseguía un objetivo de interés común y resultaba necesaria, adecuada y proporcionada, de acuerdo con las directrices de salvamento y reestructuración previstas en la normativa comunitaria.
El fallo añade que tampoco se vulneraron los principios de no discriminación, de libre prestación de servicios ni de libertad de establecimiento. Del mismo modo, el Tribunal General rechaza la acusación de Ryanair de que la decisión de Bruselas careciera de una motivación suficiente.










