El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que considera que la economía del país bajo su mandato merece la máxima calificación, ha dejado entrever que podría introducir nuevas excepciones en su política de aranceles con la intención de abaratar determinados productos. Al mismo tiempo, ha avisado de que en otros casos podría optar por el movimiento contrario y encarecer los gravámenes.
En una entrevista con “Politico”, en la que el jefe de la Casa Blanca otorga una nota de “A+” (equivalente a matrícula de honor) al estado de la economía estadounidense tras casi un año de su segundo mandato, Trump recuerda que ya se han aprobado exenciones para ciertos bienes, como el café o los plátanos, con el fin de reducir sus precios. Asimismo, ha reconocido que contempla nuevas rebajas arancelarias, aunque sin descartar futuras subidas.
En noviembre pasado, Trump rubricó una orden ejecutiva para recortar los aranceles de varios alimentos básicos, entre ellos el café, la carne de vacuno y distintas frutas, alegando que estos productos no se cultivan en cantidades suficientes en territorio estadounidense y con el propósito de aliviar el coste de la cesta de la compra. La decisión llegó después de que candidatos demócratas se impusieran en las gobernaciones de Virginia y Nueva Jersey y en la Alcaldía de Nueva York con mensajes centrados en la situación económica y, de forma específica, en el precio de los alimentos.
Al ser preguntado de forma directa por la opción de introducir más excepciones en materia arancelaria, Trump ha contestado que sí, aunque ha matizado que se trata de “exenciones muy pequeñas”, reivindicando al mismo tiempo el fuerte aumento de la recaudación que, según él, ha generado su estrategia comercial.
“Dieciocho billones… debido a los aranceles, 18 billones de dólares (15,4 billones de euros) están entrando a nuestro país”, ha señalado.
Así, aunque se ha mostrado dispuesto a rebajar las tarifas para “algunos” productos, también ha recalcado que “en otros aumentará los aranceles”.
En cualquier caso, Trump sostiene que recibió de Joe Biden “un desastre total”, con los precios en máximos cuando regresó a la Casa Blanca, una situación que, asegura, se habría corregido desde su vuelta al Despacho Oval. “Han pasado 10 meses. Es increíble lo que hemos hecho”, ha manifestado.
Por ello, no ha dudado en calificar con una “A+” el desempeño de la economía bajo su presidencia. “A+ (…) Sí, A+ ++++”, ha remachado.











