El sindicato agrícola de Álava, Uaga, ha expresado su preocupación por ‘la dificultad’ que representa contratar temporeros para la vendimia en Rioja Alavesa, debido a que ‘el adelanto de la vendimia hace que se solape con otras campañas’, sumado a una duración esperada de la misma bastante corta, lo que ‘todavía complica aún más la búsqueda’.
En palabras de Juan Luis Bujanda, encargado de temporerismo en Uaga, ofrecidas a Europa Press, ha reiterado la ‘dificultad de poder cubrir toda la demanda’ para la cosecha de uva en la región. Bujanda ha explicado que el cambio de fecha para la vendimia a septiembre, ‘antes se daba en octubre’, dificulta ‘cada vez más difícil captar a profesionales’, ya que ahora coincide con campañas como las hortícolas, que comienzan esta misma semana en algunos casos.
Este solapamiento hace que muchos temporeros prefieran trabajar en otras regiones del país, y a esto se añade que ‘el perfil de profesional de la vendimia es cada vez menor’. Bujanda también mencionó que antiguamente septiembre era un mes más tranquilo, pero ahora ‘nos coge vendimiando a destajo’ debido a que la Fiesta de la Vendimia de Rioja Alavesa ahora ocurre en plena cosecha.
Además, las estimaciones apuntan a que la vendimia de este año durará aproximadamente ’15 días’, creando ‘una explosión’ de demanda de mano de obra en las mismas fechas en las distintas zonas de Rioja, complicando aún más la situación para ‘cubrir todos los puestos’ necesarios. Bujanda ha añadido que ‘hasta que no se inicie la vendimia, no se sabe si se podrá cubrir la demanda’.
Otro ‘factor que añade problemas’ es que la vendimia ‘ya no se rige por criterios agrícolas y de calidad, sino por rentabilidad económica y reducción de costes’, ya que las bodegas prefieren ‘concentrar el trabajo en unas pocas semanas’. ‘Si pueden recolectar en 15 días, mejor que en tres semanas’, señaló Bujanda.
Desde hace 25 años, Uaga cuenta con un programa de contratación en origen mediante ‘una búsqueda activa’ de temporeros, que son en su mayoría ‘nómadas’ que recorren la Península Ibérica para trabajar en las cosechas. Según Bujanda, el 70% son de origen marroquí, un 20%, subsahariano y el 10% de otros países. El año pasado, lograron cubrir todos los puestos necesarios, un total de 408, aunque ‘de forma escalonada’ y no en el pico de la vendimia.