Este martes, el gobierno de Estados Unidos ha hecho público que comenzará una investigación acerca de las prácticas comerciales de Brasil. El objetivo es verificar si estas acciones limitan de forma injusta las exportaciones de Estados Unidos hacia el país sudamericano. Esta medida se toma una semana después de que Donald Trump advirtiera a Brasilia con la posibilidad de aplicar un arancel del 50 por ciento a sus productos, medida que se basa parcialmente en el proceso judicial contra el expresidente brasileño Jair Bolsonaro por presunto intento de golpe de Estado.
Siguiendo las instrucciones del presidente Trump, voy a iniciar una investigación en virtud del artículo 301 (de la Ley de Comercio de 1974) sobre los ataques de Brasil a las empresas estadounidenses de redes sociales, así como otras prácticas comerciales desleales que perjudican a las empresas, los trabajadores, los agricultores y los innovadores tecnológicos estadounidenses, declaró Jamieson Greer, representante de Comercio de Estados Unidos, en un comunicado de la oficina del representante comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés).
Después de realizar consultas con otras agencias del gobierno, asesores autorizados y el Congreso, Greer confirmó que tanto las barreras arancelarias como las no arancelarias impuestas por Brasil requieren de una investigación profunda y, posiblemente, de una respuesta apropiada.
La investigación se centrará en determinar si Brasil aplica prácticas o políticas irracionales o discriminatorias que obstaculicen el comercio estadounidense, especialmente en seis áreas específicas: comercio digital, aranceles preferenciales injustos, implementación de leyes anticorrupción, protección de la propiedad intelectual, comercio de etanol y deforestación ilegal.
Según la USTR, Brasil podría estar debilitando la competitividad de las empresas estadounidenses que operan en estos sectores, por ejemplo, al tomar represalias contra ellas por no censurar el discurso político, en referencia a una resolución del Tribunal Supremo de Brasil de finales de junio, que responsabiliza a las plataformas de redes sociales por las publicaciones ilegales que realicen sus usuarios.
Además, Greer también señaló que Brasil otorga tarifas arancelarias preferenciales más bajas a las exportaciones de ciertos socios comerciales globales, excluyendo a Estados Unidos, y que ha renunciado a ofrecer un trato casi libre de aranceles al etanol estadounidense.
Trump reiteró la semana pasada la necesidad de esta investigación ante los continuos ataques de Brasil a las actividades de comercio digital estadounidenses y otras prácticas comerciales desleales, destacando también el juicio por tentativa de golpe de Estado contra Bolsonaro. El exmandatario fue acusado como líder del complot y la Fiscalía, en sus alegatos finales, solicitó que se le declare culpable de cinco delitos diferentes, con una posible condena de más de 40 años de prisión.
Antes de partir en el helicóptero presidencial desde la Casa Blanca, Trump calificó nuevamente el proceso contra Bolsonaro de caza de brujas y al ser consultado sobre la justificación para imponer tarifas contra un país con el cual Estados Unidos tiene un superávit comercial, afirmó que lo hacía porque puede.
Lo estamos haciendo porque tengo que hacerlo, porque puedo hacerlo. Nadie más podría hacerlo. Tenemos aranceles porque queremos aranceles y queremos que el dinero entre en Estados Unidos, concluyó Trump, mencionando también la opción que ha ofrecido repetidamente a otros países: que, en lugar de pagar los aranceles, el país o la empresa produzca en Estados Unidos.