La Unión Sindical Obrera (USO) aboga por la implementación de un nuevo salario mínimo interprofesional (SMI) para el inicio de 2026, que refleje el incremento continuo del Índice de Precios al Consumidor (IPC), actualmente un 0,1% superior al registrado al cierre de septiembre, con un aumento anual del 3,1%.
Según USO, los sectores que más contribuyen al ascenso de la inflación y que son difíciles de sustituir incluyen los costes de vivienda, vestimenta y, notoriamente, los alimentos. En este último, se destaca el incremento del 10% en el precio de la fruta comparado con el mes anterior, evidenciando un marcado aumento en los precios.
El secretario general de USO, Joaquín Pérez, señala la diferencia entre un aumento del IPC uniforme y uno centrado en necesidades básicas, argumentando que, aunque los salarios regulados por convenio han experimentado un aumento del 3,5% este mes, «ningún salario puede resistir el alza en los precios de productos como alimentos o luz y ninguna familia puede vivir de espaldas a este encarecimiento».
Para USO, es crucial que el debate sobre precios e inflación no se separe de las condiciones laborales y los salarios. Abogan por transformar el Parlamento en un verdadero espacio de deliberación sobre políticas laborales y demandan la creación de «grupos de trabajo ágiles y productivos», que faciliten la adopción de legislaciones «necesarias» y «relacionadas con el trabajo y la calidad de vida de las personas».
Entre las propuestas destacadas se encuentra la «reescritura de la legislación laboral» y la implementación del nuevo SMI a principios de 2026, lo que permitiría a las administraciones ajustar sus procesos de contratación pública. Además, se sugiere una reducción de la jornada laboral que beneficiaría tanto la conciliación familiar como a los trabajadores con jornadas parciales en términos de compensación.
