La cifra que manda: 33 escaños, o volver a depender de Vox
El primer dato a seguir no es un porcentaje: es un número parlamentario. La Asamblea de Extremadura tiene 65 escaños y la mayoría absoluta se fija en 33. En la recta final, las encuestas más citadas sitúan al PP como ganador, pero normalmente por debajo de esa barrera, en torno a los 30 diputados, lo que reabriría el mismo dilema de gobernabilidad: o acuerdo con Vox o Gobierno en minoría con una negociación continua.
Aquí las lecturas son endiabladas: una “victoria clara” no siempre equivale a “poder gobernar sin terceros”. Si el PP se queda en 30–32, el sistema de incentivos podría falicitar la investidura de Guardiola o empujar a Vox a subir el precio de su apoyo -o a escenificar distancia y condicionar agenda-... o incluso a pedir el PP los votos del PSOE.
Con todo, una victoria del PP entre los 31 y 33 escaños supondría crecer claramente desde los 28 de las elecciones 2023 y un reimpulso tanto para Guardiola como para Feijóo.
El 30% del PSOE: no es ganar, es sobrevivir con estructura
El segundo umbral es psicológico y se lee en clave orgánica y territorial: que el PSOE aguante cerca del 30%. En algunas estimaciones recientes, el PSOE aparece alrededor del 31% pero con una caída fuerte en escaños, lo que dibuja un escenario de derrota con capacidad de “resistencia institucional” frente a un escenario de hundimiento que reordena todo el mapa del centro-izquierda y la reorganización del partido en Extremadura.
Conviene recordar que el PSOE jamás ha bajado del 39% en unas elecciones -las del 2023, precisamente- por lo que hundirse por debajo de esa cota sería un drama político.
En un escenario en el que las aguas bajan muy revueltas en Ferraz, la sede de los socialistas a nivel nacional, debido a la implicación de Pedro Sánchez en la campaña y que los casos de escándalos le tocan de cerca, por su hermano, perder ese nivel del 30% serán muy malas noticias tanto para el Secretario General de los socialistas extremeños como para el propio Sánchez, que podría enfrentarse a marejada grave dentro del partido.
El 15% de Vox: la frontera entre “llave” y “tendencia nacional”
El tercer dato a seguir es Vox: rozar o superar el 15% -o moverse en ese entorno- importa porque además de traducirse en la verdadera llave del gobierno de Extremadura, puede además marcar el inicio de una remontada a nivel nacional.
En el 2023 consiguieron un 8,17% y una subida que casi duplicara ese resultado sería una señal clara de que, a nivel nacional, podríamos encontrarnos con la extrema derecha acercándose a niveles parecidos a los de Europa.
Lo interesante no es solo cuánto sube, sino de dónde lo hace -transferencias desde el PP y movilización de abstención- sobre todo mirando a jóvenes, desempleados y clases trabajadoras, los 'graneros' tradicionales de los socialistas lo que servirá para medir si tiene una transversalidad real que en unos comicios generales ponga en serios aprietos a los de Feijóo.
Participación y voto femenino: el termómetro silencioso que cambia el reparto
Si mañana hay una historia que realmente contar será la de la participación y el voto femenino. En 2023 la movilización fue alta -en torno al 72,4%-, en el contexto de la 'ola azul' que supusieron las municipales y autonónicas del 28 de mayo.
Ahora, el listón de participación suele actuar como variable de reparto: cuando baja, pesa más el voto disciplinado; cuando sube, se reduce la ventaja relativa de los electorados más movilizados. En este sentido, la desmovilización de los socialistas, que se ha apuntado en algunos estudios puede reflejarse aquí en los primeros datos de participación y darnos pistas claras de quién va a ganar esa noche.
Otra cosa de lo que estarán muy pendientes los partidos será en el voto femenino. Ante un PSOE en el que la composición del electorado es más femenino que masculino y decisivo para sus victorias, flota la duda de cuánta factura le ha pasado los recientes escándalos de acoso sexual y laboral de las últimas semanas, sumadas a los de la corrupción. Medir estos niveles serán clave y servirán como termómetro de lo que podemos ver a nivel nacional en unas generales.
Los tres escenarios del PP y su significado
Un PP con mayoría absoluta -33 o más- sería el escenario de sueño de Génova, como es lógico. Supondría, además, la consolidación del proyecto de Feijóo de cara a una victoria en las generales y eliminaria la dependencia de Vox. Es menos probable en varios modelos, pero existe como posibilidad si el PP concentra voto útil y la participación le acompaña.
Con todo, el escenario central pasa por un PP que gana sin absoluta -pero aguanta sobre los 30 escaños- y supondría, claramente, mantener el status-quo que estamos viendo a nivel nacional. Habría pacto PP–Vox y la clave será la 'intesidad' del mismo pero, en lo general, seguirá siendo una extensión de lo que estamos viendo a nivel nacional en mensajes y posicionamiento del 'bipartidismo' con la incógnita, eso sí, del porcentaje de votos de Vox.
La pesadilla de Feijóo sería que el PP ganara, pero con una noche más incómoda de lo previsto. Este escenario es el menos previsto pero claramente se produciría al caer de los 30 escaños Guardiola. Considerando los 28 conseguidos en 2023 significaría que no hay crecimiento casi de votos y que Vox está disparado, lo que, además, se plasmaría en una negociación durísima por los de Abascal y una subida importante en los decibelios de la izuqierda a nivel nacional, con posible efecto movilizador.
Extremadura como antesala de las generales...¿en 2026?
El resultado de las elecciones autonómicas en Extremadura no solo ordenará el tablero regional, sino que puede funcionar como un test estratégico para La Moncloa. En función de cómo se combine la victoria del PP, el peso de Vox y la resistencia del PSOE, Pedro Sánchez tendría incentivos muy distintos para plantearse -o descartar- un adelanto de las elecciones generales.
En ese sentido, de manera general, si María Guardiola gana pero necesita de Vox para gobernar sigue en activo un escenario continuista y no desfavorable para Sánchez a la hora de convocarlas en 2026. A nivel nacional, la imagen de un PP estructuralmente dependiente de Vox refuerza el marco que quieren imponer los socialistas de “bloqueo” y “riesgo de involución”, especialmente útil para reactivar al electorado progresista y a votantes desmovilizados del centro-izquierda tras un ciclo de escándalos que están, literalmente, hundiendo al PSOE a nivel nacional.
Ahora bien, para que ese incentivo sea real habrá que mirar todas las variables anteriores -desde el nivel real de Vox, si el PSOE o no resiste y la distancia entre los de Feijóo y los de Abascal- y, seguramente, tener el ojo puesto en las siguientes convocatorias electorales: Aragón -febrero-, Castilla y León -marzo- y Andalucía -en primavera-.
Paradójicamente, un PP que logra mayoría absoluta clara, pese a que deja a Sánchez incentivos bajos -o claramente nulos- para adelantar, sí que le podría traer problemas -y urnas- más pronto que tarde, especialmente si se confirma esta tendencia en el ciclo electoral. Reforzará el marco de Génova de un Gobierno débil y 'bunkerizado' y podría incluso despejar el camino a una moción de censura real, además de empeorar el clima orgánico dentro de Ferraz de manera considerable y con razón: seguir hacia adelante supondría apuntar derrotas claras en las diferentes contiendas territoriales y acercarse de manera clara a una convocatoria de generales junto a las municipales del 2027, algo que los cuadros muncipales socialistas podrían ver con poco entusiasmo.
Finalmente, está el escenario de una subida fuerte de Vox -sobre el 15 o 16%- combinado con un PSOE débil. Este escenario es ambiguo y lleno de riesgos y oportunidades para los de Sánchez.
Un desplome socialista combinado con un Vox fuerte podría generarles tentación táctica -frenar la sangría y la debilidad interna con una llamada a nacionales bajo la famosa 'alerta anti-fascista' pero puede también poner en bandeja una derrota estrepitosa de la izquierda.
Con todo, si los de Abascal dan la sorpresa en Extremadura, habría que ver si sirve como relanzamiento a nivel nacional y, por tanto, consiguen mejorar incluso sus previsiones en las consecutivas citas autonómicas de 2026 y, según vengan los sondeos en Andalucía, propiciar o un adelanto tras estas últimas o una convocatoria combinada para maximizar el nivel de votos en el que es uno de los graneros socialistas por antonomasia. Ya quedan solo horas para que se despejen todas las dudas.