El precio de la luz en julio de 2025 fue de 70,06 €/MWh, según OMIE (el operador del mercado eléctrico designado). Por debajo de los 143,23 euros de julio de 2022 o de los 92,14 del mismo mes en 2023. Eran tiempos de subida incontrolable, de ahí que el Gobierno activara la llamada excepción ibérica y redujera el IVA de la luz. Pero no es el único impuesto que se paga en la factura de la electricidad. Demócrata los analiza y comprueba que están por debajo de la media europea.
En primer lugar, está el IVA, que, actualmente, está en el tipo general del 21%. En junio de 2021, en plena crisis energética, el Ejecutivo lo redujo al 10%. Un año después, bajó al 5%. Regresó al 10% en enero de 2024 y, de nuevo, al 21%, al comenzar el año actual.
Posteriormente está el Impuesto Especial sobre la Electricidad, que, como el IVA, es de carácter indirecto y tiene un tipo general del 5,11%, aunque también ha estado reducido durante el periodo de precios altos de la luz:
- Fue del 0,5% entre el 16 de septiembre de 2021 y el 31 de diciembre de 2023.
- Del 2,5% entre el 1 de enero de 2024 y el 31 de marzo de 2024.
- Del 3,8% entre el 1 de abril de 2024 y el 30 de junio de 2024.
Impuesto sobre el Valor de la Producción de Energía Eléctrica
Se debe tener también en cuenta el Impuesto sobre el Valor de la Producción de Energía Eléctrica (IVPEE), que, aunque son las empresas las que deben pagarlo, “se traslada completamente a la oferta realizada por las compañías en el mercado mayorista”, apuntan en Fedea. Es decir, que repercute directamente en el precio que paga el consumidor.
Diego Rodríguez, investigador de la Universidad Complutense de Madrid y de Fedea, explica que el IVPEE surgió en 2012 “como un tributo circular, que genera la apariencia de que los consumidores pagan menos por los otros costes del sistema, al ser las empresas generadoras las obligadas a la liquidación del impuesto ante Hacienda. Sin embargo, se trata sólo de una apariencia, que surge porque los cargos son visibles en la factura, mientras que el IVPEE no lo es al estar contenido en el precio que el consumidor paga por la energía”.
Actualmente, es del 7%, aunque también estuvo suspendido de forma excepcional durante el tercer y el cuarto trimestre de 2021 y en los años 2022 y 2023.
Rodríguez sostiene que este impuesto debería desaparecer, aunque, “ya que el tributo contribuye a cubrir parte de los costes regulados del sistema, su suspensión requeriría de algún mecanismo compensatorio, que podría ser un aumento de otros ingresos que el sistema eléctrico obtiene desde el Tesoro; un aumento de los cargos en la factura y/o la utilización del remanente acumulado por el superávit de ingresos de años previos”, propone.
Los impuestos de la electricidad en España están por debajo de la media europea
Con datos de Eurostat, el precio de la luz en España antes de impuestos fue de 0,1882 €/kWh en el segundo semestre de 2024. Esto lo sitúa como el 15º país con la electricidad más cara de los 43 integrantes del área europea recogidos por Eurostat. La media de estos países es superior: 0,2315 €/kWh y también es más alta la de los 27 (0,2151 euros). Por encima de España, están, entre otros, Alemania, Italia, Francia o Grecia.
Si se suman los impuestos, el precio de la luz final en España fue de 0,2408 €/kWh. Es el 14º país de Europa con los precios más altos. Y otra vez está por debajo de media europea (0,3021 euros) y de la de los 27 (0,2872 euros).
Comparando el precio antes y después de las tasas, se comprueba que del precio final que se paga por la electricidad en España, el 21,8% son impuestos. En los países del entorno, el porcentaje es el siguiente:
- Portugal: 35,5% (IVA del 23%).
- Alemania: 29% (IVA del 19%).
- Italia: 28,2% (IVA del 10%).
- Francia: 24% (IVA del 20%).
- Grecia: 16,5% (IVA del 6%).
Peajes y cargos
Que el 21,8% del precio de la luz sean impuestos, no implica que todo el resto corresponda al coste de la energía. Ni mucho menos.
En la factura que se ve a continuación, se puede comprobar como solo el 28,1% viene de la electricidad, mientras que el 36,1% son los peajes de transporte y distribución; el 21,2% impuestos; el 9,9% cargos, y el 3,2% por el alquiler del contador.
Los peajes, tal y como indican en el Ministerio para la Transición Ecológica, “son satisfechos por los consumidores y los productores y los agentes por las exportaciones de energía a países no comunitarios, destinados a cubrir la retribución del transporte y la distribución”.
Mientras que los cargos sirven, entre otros conceptos, para financiar las energías renovables, la cogeneración de alta eficiencia y residuos, el sobrecoste de la producción en territorios no peninsulares con régimen retributivo adicional o las anualidades correspondientes al déficit del sistema eléctrico.