En la casilla de salida: España no logra avances con las lenguas cooficiales en Europa

Los 27 siguen manteniendo sus dudas presupuestarias y jurídicas, mientras el Ministerio español apuesta por no cambiar su postura al solicitar a sus socios que no lo retrasen innecesariamente

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, durante una rueda de prensa, en el Palacio de Viana, a 6 de junio de 2024, en Madrid (España). Matias Chiofalo / Europa Press

El Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea ha vuelto a aplazar la votación sobre la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en el contratiempo. Un nuevo frenazo para la voluntad del Gobierno Español que espera a que la decisión llegue cuanto antes y rechaza cambiar su posición. En mayo, el Ministerio de Asuntos Exteriores español fue el que decidió eliminar del orden del día de la reunión de los 27 este punto ante la falta de apoyos.

En esta ocasión, había sido la presidencia danesa del Consejo la que decidió incluir este punto como un «intercambio de puntos de vista». «España quiere poner el caso de las lenguas en la agenda de nuevo y como presidencia vamos a facilitar el debate», ha declarado esta mañana la ministra de Asuntos Europeos de Dinamarca, Marie Bjerre. Al otro lado, el secretario de Estado español para la UE, Fernando Sampedro, ha pedido a sus socios comunitarios «no secuestrar o retrasar innecesariamente» la demanda.

Eran pocas las posibilidades de que el asunto se terminase votando en el día de hoy. Sin embargo, el ministro José Manuel Albares afrontaba esta nueva cita tras enviar a sus homólogos europeos un memorándum respondiendo a las inquietudes planteadas por el resto de miembros. Entre ellas, la completa asunción del gasto que el reconocimiento de las lenguas en las instituciones comunitarias pueda suponer. Lo cual podría llegar a suponer, según estimaciones de los propios organismos europeos, hasta 132 millones de euros anuales. El texto también abría la puerta a una implementación escalonada a partir de 2027.

Se mantienen las dudas entre los Estados

A la entrada de la reunión, los Estados han seguido mostrando las dudas que les genera la propuesta española, el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Xavier Bettel, ha advertido que «realmente no es el momento adecuado» ya que consideran más urgentes otras prioridades como las nuevas sanciones europeas a Rusia por la invasión en Ucrania que se han terminado aprobando en este encuentro. La propia Bjerre ha reconocido que los interrogantes abiertos se mantienen tanto por cuestiones presupuestarias como por razones jurídicas. Un pasó más allá ha ido la ministra austríaca, Caludia Plankolm, al afirmar que no darán luz verde sin el aval de los servicios legales del Consejo, un punto «que sigue sin cambios».

Uno de los temores es que para llevar a cabo la demanda española pudiera ser necesaria una reforma de los Tratados de la Unión. Algunos Estados creen que esto podría sentar precedentes que acabasen por reconocer otras lenguas empleadas en territorios europeos, como es el caso del ruso en Letonia y Estonia.

Para que la cooficialidad saliese adelante precisa del respaldo de los 27 Estados miembros. La última vez que se aunó dicha mayoría para una cuestión similar fue en 2007 con el reconocimiento del irlandés. El equipo de Albares trata ahora de seguir el modelo utilizado entonces, entre otras con la implementación escalonada.

Moneda de cambio

Cabe recordad, que fue el Grupo Parlamentario de Junts per Catalunya quien puso encima de la mesa el reconocimiento del catalán en la UE como requisito para respaldar la candidatura de Francina Armengol para presidir el Congreso de los Diputados. Tras el estallido del caso «Cerdán», la portavoz del grupo, Miriam Nogueras, y el secretario general de la formación, Jordi Turull, reafirmaron su exigencia al Gobierno para seguir manteniendo su apoyo.

Actualmente, la Comisión Europea cuenta con una Oficina de Representación en Barcelona. Por ello, en lo que respecta al catalán, ya se utiliza como lengua de comunicación con los ciudadanos a través de esta representación. Sin embargo, la situación es distinta a la de las veinticuatro lenguas oficiales con las que cuenta la Unión. Esta decisión se fundamenta en las conclusiones del Consejo del 13 de junio de 2005 sobre el uso de otras lenguas oficiales por parte de las instituciones y organismos de la UE.

Expectativas intactas

Ante este parón, la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero ha asegurado que Junts «tiene que ser consciente de que, sin duda, el Gobierno está poniendo todo de su parte para algo en lo que cree firmemente».

«Nosotros vamos a seguir intentándolo hasta que lo consigamos», ha afirmado Montero, que está «convencida» de que es algo que se acabará logrando. «Quizás no hoy, pero otro día».

En declaraciones ante los medios de comunicación en el acto de clausura de un curso en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), Montero ha insistido que el Gobierno seguirá trabajando con los países que están mostrando resistencias al reconocimiento de la oficialidad de estas lenguas y lograr la unanimidad necesaria para aprobarlo.

Por su parte, el president de la Generalitat, Salvador Illa, en un acto organizado por el Faro de Vigo, ha señalado que «ni el catalán, ni el vasco, ni el gallego son lenguas provincianas, como dicen algunos», sino que son lenguas para compartir, expresar y vivir plenamente, y que no son solo una decoración popular porque textualmente representan una forma de vivir y convivir.

«Por eso vamos a continuar trabajando sin desánimo para que la Unión Europea reconozca la oficialidad de nuestras lenguas», ha dicho, a la par que ha agradecido el empeño del Gobierno para conseguir este reconocimiento.

Personalizar cookies