La Comisión Europea ha actualizado sus proyecciones económicas para España, elevando el crecimiento del PIB al 2,9% para 2025. Esto supone superar en tres décimas las estimaciones previas de mayo, que se situaban en el 2,6%. Esta tendencia de crecimiento se moderará ligeramente al 2,3% en 2026, aún por encima del 2% previamente anticipado. Además, se han revisado a la baja las expectativas de déficit para este año al 2,5%, mejorando desde el 2,8% de la proyección anterior, y al 2,1% para el próximo año, reduciéndolo en cuatro décimas.
Para 2027, Bruselas espera que la economía española crezca un 2% y que el déficit público se mantenga estable en el 2,1% del PIB. Estas cifras colocarían al país como una de las economías del euro con mejor rendimiento en los próximos años, incluso por encima de las previsiones del Gobierno español. Moncloa había ajustado sus cálculos para 2025 al 2,7% y para 2026 al 2,2%, aunque ahora los iguala al 2,9% para este año.
Competitividad e innovación
«Incluso en un entorno adverso, la economía de la UE ha seguido creciendo. Ahora, ante el complejo contexto externo, la UE debe adoptar medidas decisivas para impulsar el crecimiento interno«, ha afirmado el comisario europeo de Economía, Valdis Dombrovskis. Según el dirigente, esto implica acelerar el trabajo en materia de competitividad, lo que incluye simplificar la normativa, completar el Mercado Único e impulsar la innovación.
El análisis del Ejecutivo comunitario explica que la demanda interna será el principal motor de crecimiento en España, impulsada por un aumento en el consumo de los hogares y por una inversión robusta. Aunque se anticipa que las exportaciones netas tendrán un impacto ligeramente negativo en el crecimiento del PIB para 2025 y 2026.
En cuanto a los riesgos, se destaca la posibilidad de un impacto negativo derivado de una menor actividad económica de los principales socios comerciales, lo que podría afectar al sector turístico y la confianza empresarial, lo que podría retrasar la inversión corporativa o mantener la tasa de ahorro de los hogares muy por encima de su promedio histórico a largo plazo. Además, una disminución más acusada de lo esperado en los flujos migratorios podría frenar el dinamismo del mercado laboral.
El impacto de la inmigración
De la misma forma, la Comisión espera que la buena marcha de la tasa de empleo de los últimos años se mantenga durante todo el período de previsión. Estas ganancias esperadas del empleo se atribuyen, en gran medida, a las afluencias migratorias, que estarían ampliando la fuerza laboral y aumentando el ritmo de creación de puestos de trabajo.
Además, se ha revisado al alza su previsión de inflación, con un 2,6% este año y un 2% para los próximos años, en línea con el objetivo del Banco Central Europeo. Esto estaría impulsado por la moderación de los precios de los alimentos y, en menor medida, los servicios, que se espera que disminuyan de forma más gradual en línea con el crecimiento más lento de los salarios reales.
Pronta recuperación tras la DANA
En línea con esto, se espera que la deuda siga disminuyendo debido a la eliminación gradual de las medidas relacionadas con la energía. Fuentes comunitarias explican que el menor impacto de las medidas únicas relacionadas con la DANA también explicaría estas expectativas. En cualquier caso, dicha situación estaría parcialmente compensada por un aumento en los pagos de intereses y el gasto en defensa.
Los ingresos podrían aumentar a raíz de las medidas fiscales aprobadas el año anterior, entre las que se encuentran el impuesto sobre la renta de las empresas, los impuestos adicionales sobre los cigarrillos electrónicos y otros productos relacionados con el tabaco, así como un aumento de los impuestos sobre los ingresos personales de los activos financieros.
El impuesto mínimo para las municipales haría que el déficit del Gobierno disminuyera aún más, al 2,1% del PIB en 2026, junto con la expiración de estas medidas de emergencia relacionadas con las inundaciones.
