Crisis de vivienda: lograr una solución europea para proteger nuestra democracia

El comisario europeo del ramo,Dan Jorgensen, desgrana en Demócrata los detalles del Plan de Vivienda Asequible que presentará la Comisión Europea este trimestre: "Tenemos previsto inyectar más recursos del presupuesto de la UE y revisar las normas sobre ayudas estatales, de modo que los países puedan destinar más fondos públicos a viviendas sociales y asequibles"

Cuando hablamos de la crisis de la vivienda en Europa, ¿a qué nos referimos exactamente?

Por un lado, hay una crisis de materiales de construcción: entre 2010 y 2023, los costes de construcción de nuevas viviendas en la UE aumentaron un 52 %.
Por otro lado, existe una crisis del mercado de la oferta y la demanda: los permisos de construcción en la UE han disminuido en más de un 20 % en los últimos cinco años, mientras que la vivienda se ha encarecido más del 20 % en la última década.

Pero, en el fondo, nos encontramos ante una crisis moral que afecta a la dignidad y a los valores humanos básicos: una crisis de jóvenes sin perspectivas, trabajadores sin seguridad y personas vulnerables sin hogar.
Se trata de una crisis que Europa simplemente no puede permitirse bajo ningún concepto.

Plantearemos nuevos modelos de financiación alternativos, al tiempo que nos enfrentamos a la financiarización de nuestro parque de viviendas

Frente a este problema, que plantea un reto generacional para nuestra sociedad y constituye una prueba determinante para nuestra democracia, la UE puede marcar la diferencia con una iniciativa positiva y pragmática.

En los próximos meses, presentaré el plan europeo de vivienda asequible, en el que se expondrán las medidas prácticas que podemos adoptar juntos para que los hogares asequibles, sostenibles y dignos sean una realidad para todos.

Inversiones

En primer lugar, nuestro objetivo es generar una nueva oleada de inversiones. Tenemos previsto inyectar más recursos del presupuesto de la UE y revisar las normas sobre ayudas estatales, de modo que los países, las ciudades y las regiones puedan destinar más fondos públicos a viviendas sociales y asequibles.

Por supuesto, la inversión privada desempeña un papel fundamental en la oferta de vivienda: debemos garantizar que estas inversiones generen rendimientos estables, salvaguardando al mismo tiempo los derechos de nuestros ciudadanos. Por lo tanto, plantearemos nuevos modelos de financiación alternativos, al tiempo que nos enfrentamos a la financiarización de nuestro parque de viviendas. La plataforma paneuropea de inversión, en la que estamos trabajando con el Banco Europeo de Inversiones y otras instituciones financieras, es un primer paso importante.

Liberando de forma efectiva el potencial de nuestro mercado único, podemos movilizar estos recursos y aprovecharlos al máximo en toda Europa.

Nuestro plan, además, incluirá medidas para reducir la burocracia: ha llegado el momento de acabar con todas las barreras innecesarias en lo que respecta a la planificación, la concesión de permisos y la contratación pública.

También hemos de derrumbar los obstáculos existentes entre los Estados miembros. Cada hora se producen más de 18 000 toneladas de cemento en Europa. Cada año producimos alrededor de 170 millones de metros cúbicos de madera para la construcción. Contamos con más de 27 millones de trabajadores en el sector: carpinteros, albañiles, ingenieros o electricistas. Liberando de forma efectiva el potencial de nuestro mercado único, podemos movilizar estos recursos y aprovecharlos al máximo en toda Europa.

Alquileres de corta duración

Además, nuestro plan esbozará medidas específicas para apoyar a las ciudades y regiones sometidas a presión, e incluirá nueva legislación sobre los alquileres de corta duración. Es una cuestión compleja. El alquiler de una segunda vivienda o de una habitación en la vivienda familiar aporta ingresos adicionales a los hogares. Pero no podemos dejar que las prácticas abusivas expulsen a la población local de sus barrios. Encontraremos el equilibrio adecuado con un enfoque firme pero justo, sin olvidarnos de los más afectados por esta crisis: nuestros jóvenes, especialmente los estudiantes, y las personas sin hogar. Presentaremos acciones concretas y ambiciosas para que la vivienda no sea un privilegio para unos pocos, sino un derecho fundamental para todos.

La crisis de la vivienda plantea preguntas fundamentales sobre nuestra identidad europea, sobre nuestros valores, nuestra sociedad y nuestra democracia.

Como ejemplo, algunas ciudades en Europa han logrado aliviar el problema de las personas sin hogar a través de medidas pragmáticas que podrían reproducirse en otros lugares. Nuestro plan permitirá un intercambio de mejores prácticas más amplio y sencillo, de modo que podamos compartir y adaptar soluciones como estas a todas y cada una de las ciudades de Europa.

Estos son solo algunos de los pilares de nuestro plan, que espero que se conviertan en los cimientos de un nuevo futuro para la vivienda en Europa. Construir este futuro no será fácil, pero precisamente por eso debemos construirlo juntos.
Porque la crisis de la vivienda plantea preguntas fundamentales sobre nuestra identidad europea, sobre nuestros valores, nuestra sociedad y nuestra democracia. Ha llegado el momento de que demos una respuesta europea.

SOBRE LA FIRMA
Dan Jørgensen es el comisario europeo de Energía y Vivienda.

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