Europa se la juega: la vivienda y el clima marcan la cumbre del Consejo en Bruselas

Los Veintisiete se reúnen con la vista puesta en dar respuestas a los debates abiertos en el continente. España trata de apuntarse un tanto: por primera vez el problema habitacional estará en la agenda comunitaria mientras la Unión busca mantener su liderazgo verde en un contexto de tensiones geopolíticas y competencia global

Los objetivos climáticos y la crisis del acceso a la vivienda marcan las conversaciones de la primera cumbre formal del Consejo Europeo del último trimestre del año. Ahí, los jefes de Estado y de Gobierno pretenden definir sus prioridades políticas de cara a los próximos meses. Pese a que no se esperan grandes sorpresas, la agenda de la jornada invita a pensar que las conversaciones sobre algunos puntos se extenderán en el tiempo, dadas las discrepancias en puntos como la transición ecológica o el tope de precios en el mercado del alquiler, que despiertan distintas sensibilidades en el continente.

La vivienda entra en la agenda

«Es muy importante escuchar cuáles son las opiniones de los alcaldes, los líderes regionales, los trabajadores, las empresas y la sociedad civil en Europa respecto a esta crisis tan importante y tan dramática que afecta a millones de ciudadanos europeos», dice el presidente del Consejo António Costa. Lo cierto es que será la primera vez que la cuestión habitacional se abordará en una cumbre de estas características. Fuentes diplomáticas se apuntan el tanto como un éxito del Gobierno español, ya que insisten en que ha sido quien ha presionado a nivel comunitario para que este tema se convierta en una prioridad.

Si bien esas mismas fuentes no esperan que del debate se extraigan conclusiones concretas que solucionen a corto plazo la situación en los Estados, sí esperan que sirva para situarlo en el foco europeo. En esas conversaciones, los líderes europeos impulsarán a la Comisión a presentar su estrategia para la vivienda asequible, algo que el comisario del ramo Dan Jørgensen ya adelantó que ocurriría a finales de este mismo año. Costa explica que el objetivo «es ofrecer orientación política».

Jørgensen adelantó en Demócrata que el plan esbozará medidas específicas para apoyar a las ciudades y regiones sometidas a presión, e incluirá nueva legislación sobre los alquileres de corta duración. «Una cuestión compleja», dice el comisario.

En Moncloa adelantan que el líder del Ejecutivo Pedro Sánchez pondrá sobre la mesa propuestas que aprovechen las estructuras europeas de financiación y regulación. El Gobierno plantea dos respuestas posibles: una mediante fondos integrados en los presupuestos nacionales y otra a través del Banco Europeo de Inversiones, dirigido por Nadia Calviño. Aunque el presupuesto europeo actual no especifica una sección para vivienda, se incentiva la inclusión de fondos destinados a esta área en los planes nacionales.

La sensación en Bruselas es que el asunto se acabará convirtiendo en prioritario porque, junto con España, Estados como Irlanda o Países Bajos ya han venido reclamando más medidas. «Hay diferentes sensibilidades» o «la crisis de vivienda no es una crisis que se va a solucionar a nivel europeo, pero aportará propuestas», son las respuestas que se escuchan en los pasillos del Consejo. Estos anuncios podrían pasar por elementos energéticos y de simplificación. «El primer paso para poder avanzar es tomar consciencia de que ese problema existe», sentencian las fuentes.

Objetivos climáticos

Otro de los puntos calientes de los debates será la reducción de las emisiones. En septiembre, el Consejo de Medio Ambiente adoptó una declaración de intenciones sobre las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) 3.0 de la Unión. El documento indica que el objetivo de la CDN de la Unión para 2035 es reducir las emisiones netas entre un 66,25 % y un 72,5 % con respecto a los niveles de 1990.

Sin embargo, la adopción definitiva se basará en el enfoque del Consejo con respecto al objetivo climático de la Unión para 2040, que dependerá de la orientación política que se tome en la cumbre de hoy. Así, Europa podría adoptar su CDN 3.0 antes del inicio de la COP30 de Brasil, aunque no respete el plazo fijado por las Naciones Unidas. El 10 de octubre, con vistas a la cita en noviembre, el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros adoptó unas conclusiones sobre la financiación de la lucha contra el cambio climático.

En la delegación española que asistirá a la cumbre creen que se deben mantener las posiciones para llegar a ese objetivo marcado de cara a 15 años. «Buscamos mantener los objetivos para mantener el liderazgo», explican. Lo cierto es que preocupa que las metas se puedan ver rebajadas por el contexto geopolítico actual y la competencia creciente.

Este debate se producirá dentro del bloque destinado a la competitividad. Ahí, España pedirá un refuerzo del mercado interior, la defensa del modelo social europeo y seguir el proceso de simplificación para acabar con las trabas burocráticas.

«La pregunta para nosotros es si queremos aprovechar los beneficios de este auge global de las tecnologías limpias o simplemente dejar que otros se beneficien», ha cuestionado la presidenta Von der Leyen un día antes de la cumbre. «China exporta casi el doble de tecnología limpia que nosotros. Y esto corre el riesgo de expulsar a nuestras industrias de mercados estratégicos, incluido el nuestro. No podemos permitirnos caer en nuevas y peligrosas dependencias», se responde a sí misma la alemana.

Relaciones UE-China

Cuando la máxima dirigente comunitaria se refiere a China sabe perfectamente a lo que apunta. La presidenta sostiene que «la competencia china, fuertemente subvencionada, empezó a superar en precios a la joven industria europea. Y hoy, China controla el 90 % del mercado mundial. Esta vez, debemos aprender la lección». Y en esas negociaciones con el gigante asiático, el Gobierno cree que puede presumir de liderazgo.

Presumen en el Ejecutivo de que Sánchez conoce dicho contexto; de hecho, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, viajó al país hace apenas una semana para reunirse con su homólogo. «En el marco comercial actual no puedes evitar a China», sentencian fuentes diplomáticas. Así, la posición española parece favorable a seguir ahondando en las conversaciones con Pekín. «Tenemos una relación tanto más que otros porque trabajamos con ellos», dicen en el Gobierno.

Si bien esas mismas fuentes adelantan que este asunto no se verá reflejado en las conclusiones de la cumbre. Será un asunto que se limite a lo estrictamente conversacional.

Ucrania, la defensa europea

En lo relativo a la paz en el continente, se espera un apoyo prácticamente unánime a Kiev. «Vamos a percibir un nivel de unidad grande en todos los temas, desde las sanciones hasta la financiación», anticipan voces comunitarias. Un asunto que se discutirá la misma semana que el Consejo de Energía aprobó cortar las compras de gas ruso para el próximo año. El presidente ucraniano Volodímir Zelenski asistirá de manera presencial al encuentro en Bélgica.

Bien es cierto que en la capital belga existía el miedo a que la posible reunión entre el presidente norteamericano Donald Trump y su homólogo ruso, Vladímir Putin, en suelo europeo opacara el encuentro. Ahora, respiran aliviados en el Consejo y afirman que sobre este asunto «no se ha hablado nada». «No va a haber grandes fisuras», sentencian.

“Tenemos claro que Ucrania debe estar en la posición más sólida posible, antes, durante y después de cualquier alto el fuego”, afirma un comunicado firmado por mandatarios europeos hace unos días. Un texto de apoyo a la postura del presidente Zelenski ante sus conversaciones con Trump que no contó con la firma inicial de España. Inicialmente estaba suscrito por Keir Starmer, Friedrich Merz, Emmanuel Macron, Giorgia Meloni, Donald Tusk, Ursula von der Leyen, António Costa, Jonas Gahr Støre, Alexander Stubb y Mette Frederiksen.

Sin embargo, a lo largo del día, Moncloa se apresuró a ratificar el escrito. «Compartimos el contenido de la declaración y también el compromiso que refleja. Este asunto se va a abordar en el Consejo Europeo del jueves, en el que España participará activamente», expresaron fuentes de la Presidencia del Gobierno ante la declaración. En el Ejecutivo rechazan cualquier pérdida de influencia en la mesa de negociaciones y dicen no sentirse desplazados de ninguna conversación de estas características.

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