La Unión Europea ha expresado su escepticismo ante la versión rusa sobre un presunto ataque ucraniano con drones contra instalaciones oficiales en Rusia, al considerar que se trata de una maniobra para entorpecer los contactos diplomáticos en curso. La Alta Representante para Política Exterior, Kaja Kallas, ha cuestionado este mismo miércoles la credibilidad de las denuncias del Kremlin y pidió no dar por válidas acusaciones sin fundamento.
En un mensaje difundido en la red social X, Kallas ha defenido que la narrativa rusa responde a “una distracción deliberada” con el objetivo de frenar cualquier avance real hacia una salida negociada al conflicto. Según la jefa de la diplomacia europea, Moscú busca desviar la atención en un momento clave de las conversaciones entre Ucrania y sus socios occidentales."Nadie debe aceptar acusaciones infundadas del agresor que ha atacado indiscriminadamente la infraestructura y los civiles de Ucrania desde el comienzo de la guerra", ha afirmado.
Las declaraciones de Bruselas llegan después de que el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, asegurara que Ucrania habría lanzado hasta 91 drones contra la residencia oficial de Vladímir Putin en Nóvgorod durante la noche del 28 al 29 de diciembre. Las autoridades rusas afirman que todos los aparatos fueron interceptados y califican el supuesto ataque como “terrorismo de Estado”.
Putin vuelve a amenazar
Desde el Kremlin se ha advertido de posibles consecuencias políticas, aunque Moscú ha señalado que no abandonará la vía del diálogo. Eso sí, ha matizado que limitará los contactos a Estados Unidos y se reserva la posibilidad de endurecer su postura negociadora.
Ucrania ha rechazado de plano cualquier implicación en los hechos denunciados y acusa a Rusia de intentar sabotear el proceso diplomático mediante informaciones falsas. Kiev también ha reprochado a algunos actores internacionales que hayan condenado un ataque que, según insiste, nunca tuvo lugar.
Para la Unión Europea, el foco debe mantenerse en la responsabilidad rusa por la guerra. Kallas recordó que Rusia ha atacado de forma sistemática infraestructuras y población civil ucraniana desde el inicio del conflicto, y subrayó que ese historial obliga a extremar la cautela ante las acusaciones de Moscú en un contexto de negociaciones sensibles.