Era uno de los puntos que más recelos levantaba en el orden del día de la cumbre. Los líderes europeos debatían en Bruselas cómo descongelar los activos rusos para Ucrania. La postura de los mandatarios pasaba por intentar dar el visto bueno a un mandato para que la Comisión continúe trabajando en la forma de poder destinar las partidas de Moscú, congeladas en bancos europeos, a la reconstrucción de Ucrania.
En concreto, de lo que se está hablando es de un préstamo de reparación de 140.000 millones a Kiev, una propuesta aún sin marco legal definido por la Comisión Europea. Según indican algunas voces, la idea podría sostenerse en un crédito a intereses cero para Kiev.
Fuentes cercanas al gobierno español relatan que la discusión entre los dirigentes se ha centrado en el diseño de un mandato para el Ejecutivo comunitario. Unas conversaciones que tuvieron que aplazarse en un primer momento por la falta de acuerdo. En este sentido, Moncloa expresa su comprensión ante la complejidad del asunto y las grietas que pueda generar entre las capitales.
«Incluso durante la Segunda Guerra Mundial, los activos inmovilizados nunca se tocaron. Es un paso muy importante si queremos darlo», había advertido a su llegada a la cumbre el primer ministro belga Bart De Wever. En la capital europea pedían que los Estados miembros presentasen garantías legales y participasen de manera colectiva para asumir los riesgos que enfrentaría el país. Lo cierto es que más del 60 % de esas partidas se encuentran congeladas en la banca belga. De forma más precisa, Euroclear es la entidad con la mayor cantidad de estos activos en Europa.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
Inicialmente, al comienzo de la guerra en Ucrania, se apostó por bloquear las partidas del Kremlin y de los oligarcas rusos que se encontraban en territorio comunitario. De esta forma se movilizaron hacia cuentas europeas con la idea de mantenerlos retenidos. En un primer momento se pensó en utilizar los intereses generados por esos fondos para sufragar los costes del conflicto. Sin embargo, debido a la prolongación en el tiempo de la situación, sumada a la falta de efectivo, se acabó proponiendo desbloquear dichos activos.
Es en ese punto donde se levantan las dudas en el seno de la Unión. Fuentes diplomáticas explican que esto podría generar un efecto dominó debido a una posible pérdida de credibilidad financiera. «Una cosa es confiscar las partidas, otra distinta es hacer uso de ese dinero», explican.
Así, Bélgica mantiene abiertas las dudas sobre su posible legalidad. Esas mismas fuentes exponen que, si jurídicamente era complejo argumentar el uso de los intereses de los activos, «esto es aún más complicado».
Riesgos compartidos
Por eso, De Wever enfatiza la necesidad de una “mutualización completa del riesgo”, alertando sobre posibles “reclamaciones enormes” por parte de Rusia. «Si quieren hacer esto, tendremos que hacerlo todos juntos. Queremos garantías de que, si el dinero tiene que ser devuelto, cada Estado miembro contribuirá», afirmó. El primer ministro sostiene que otros países también poseen «grandes cantidades de dinero ruso» pero se mantienen al margen.
España, en palabras del titular de Economía, Carlos Cuerpo, respalda la propuesta para lograr “el mayor uso posible de estos activos”. Eso sí, se pide asegurar el cumplimiento de “todas las garantías posibles dentro de la legislación internacional”, a la vez que se agradece al Ejecutivo comunitario por buscar soluciones “imaginativas”.
En este punto, la Comisión seguirá trabajando en la propuesta de ese préstamo de reparación. Algo que esperan que pueda presentarse de manera concreta “en un plazo razonablemente corto”, según el comisario de Economía, Valdis Dombrovskis, que afirma que es necesario que “Ucrania disponga de financiación a más tardar a principios del segundo trimestre del próximo año”.
Por su parte, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, también había expresado sus consideraciones sobre la legalidad de la medida. «Tampoco es que haya alternativas», añadió Dombrovskis, destacando el enfoque “constructivo” de Bruselas con los Estados miembros y el BCE.
Ucrania quiere armas
El presidente ucraniano Volodimir Zelensky, presente en la cumbre en Bruselas, ha mantenido abierta la esperanza de que se pudiese llegar a un acuerdo político que abriese la puerta a dicho préstamo. Eso sí, ha ido un paso más allá al hablar de que su idea es que no vaya destinado únicamente a la reconstrucción de su país, sino también a productos armamentísticos. «Si Rusia ha traído la guerra a nuestro país, tienen que pagar por ello», dijo el mandatario. «Espero que lleguen a una decisión política basada en el uso de estos fondos», ha explicado.














