Nuevo curso político en Bruselas: entre la paz imposible y la autonomía soñada

Un verano agitado redefine la agenda europea con acuerdos arancelarios cuestionados, un presupuesto de dos billones que marcará la próxima década y unas negociaciones de paz en Ucrania que siguen sin avances mientras Rusia intensifica sus ataques

Se suele decir que los gobiernos utilizan el verano para aprobar medidas por “la puerta de atrás” para tratar de evitar el foco mediático. No ha sido el caso de la Comisión Europea. Durante el parón vacacional, el máximo organismo comunitario ha tenido que hacer frente, bajo el escrutinio de los 27, a debates clave como el presupuesto, la negociación arancelaria con Estados Unidos y las negociaciones de paz de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Por si te lo perdiste, Demócrata repasa las claves que marcarán el nuevo curso político en Bruselas.

Acuerdo arancelario “sin ningún entusiasmo”

“Ante una situación difícil, hemos cumplido con nuestros Estados miembros y la industria, y hemos restaurado la claridad y la coherencia del comercio transatlántico”, declaró la presidenta del organismo, Ursula von der Leyen, a la salida de un encuentro con el presidente norteamericano, Donald Trump. Ambos mandatarios se habían dado cita en Escocia para tratar de llegar a un acuerdo sobre los aranceles impuestos por Estados Unidos a la Unión Europea.

El acuerdo alcanzado, publicado un mes más tarde, establece la imposición por parte de los Estados Unidos de un arancel máximo del 15 % a los productos europeos. A cambio, los 27 eliminarían los aranceles recíprocos a Norteamérica. En esa tasa se incluían sectores estratégicos como el automóvil, los productos farmacéuticos, los semiconductores y la madera.

Además, se incluyen compras de energía por valor de 750.000 millones de dólares, así como un compromiso de inversiones de 600.000 millones de dólares en lo que resta de mandato del presidente estadounidense.

Como respuesta a este pacto alcanzado, la Comisión presentó dos propuestas para allanar su implementación. Por un lado, una primera ley que hace referencia a la eliminación de los aranceles sobre los productos industriales estadounidenses y a otorgar acceso preferencial al mercado para una gama de productos del mar y productos agrícolas no sensibles de Estados Unidos. La segunda propone prolongar la exención arancelaria de la langosta, que ahora incluye la langosta procesada.

Ahora, deben ser el Parlamento Europeo y el Consejo quienes aprueben ambas propuestas para que puedan entrar en vigor. Tal y como se acordó, una vez empiecen a funcionar dichas reducciones arancelarias, Estados Unidos rebajará del 27,5 % al 15 % los aranceles impuestos a los 27. “Nos interesa mutuamente que ambas partes cumplan sus compromisos y garanticen la plena aplicación del acuerdo”, declaró el comisario de Comercio, Maroš Šefčovič.

Ursula von der Leyen y Donald Trump en Escocia

El acuerdo no despertó pocas críticas en el seno de la Unión. El primer ministro francés, François Bayrou, sentenció en su cuenta en la red social X que se trataba de un “día oscuro” ya que “una alianza de pueblos libres” había recurrido “a la sumisión”.

Más conciliador, el líder del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, valoró el “esfuerzo de la Comisión” y “su actitud constructiva”. Eso sí, afirmó que respaldaba el acuerdo “sin ningún entusiasmo.” Por su parte, el ministro de Transportes, Óscar Puente, mostró su esperanza de que la relación entre la Unión Europea y Estados Unidos prosperase. “La parte positiva es que esperemos que sea el principio de una relación estable”, declaró.

En línea con Sánchez, el canciller alemán, Frederich Merz, manifestó que el acuerdo había “conseguido evitar un conflicto comercial que habría afectado duramente a la economía alemana, orientada a la exportación”.

El juego del presupuesto

En julio, la presidenta Von der Leyen presentó su propuesta para el próximo Marco Financiero Plurianual (MFP) 2028-2034, lo que vendrá a ser el presupuesto de la Unión.

Este nuevo marco, de acuerdo con el plan ideado por el Colegio de Comisarios, ascenderá hasta dos billones de euros. Las partidas se dividieron en cuatro ejes fundamentales: Planes Nacionales y Regionales, Fondo de la Competitividad, Europa Global y otros gastos. Así, se abrió un proceso de debates y negociaciones en el seno de las instituciones comunitarias hasta su aprobación definitiva en 2027.

La líder celebró el plan al afirmar que se trata de “dos billones para una nueva época”. Sostuvo que “cumple con las ambiciones y refuerza la independencia europea” porque considera que es un «presupuesto que piensa en el futuro».

A la hora de desgranar las partidas, el presupuesto prevé 865.000 millones de euros para políticas sociales —entre las que se incluirán Agricultura y Pesca—, 410.000 millones de euros para competitividad y 200.000 millones para acción exterior. En este sentido, se reservarán 100.000 millones para Ucrania.

Guerra en Ucrania

No hay acuerdo, hasta que haya un acuerdo,” afirmó el presidente norteamericano, Donald Trump, a la salida de la cumbre de Alaska que tuvo lugar en la segunda quincena de agosto. Trump se había dado cita con su homólogo ruso, Vladímir Putin, para negociar la paz en el conflicto ruso-ucraniano.

El encuentro terminó sin ningún compromiso concreto, pero con la voluntad de tratar de encontrar una solución. Putin mostró su interés por alcanzar la “paz en Ucrania” al asegurar que quería “una solución a largo plazo”, aunque recordó que defenderán «los intereses de Rusia». “Estos problemas comprometen nuestra seguridad. Esperamos que la comprensión mutua nos ayude a acercarnos a la paz en Ucrania”, afirmó el inquilino del Kremlin.

A los pocos días de la cumbre de Alaska, Trump citó en la Casa Blanca al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que estuvo acompañado de una delegación de líderes europeos. Entre ellos, la propia Von der Leyen o el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. En el encuentro, la alemana expresó su voluntad de que “todos los niños ucranianos secuestrados por Rusia sean devueltos a sus familias”.

Un paso más allá fue el presidente francés, Emmanuel Macron, al solicitar un alto el fuego. Sin embargo, esta no es la postura que comparte el líder norteamericano, que clarificó en Alaska su posición. “Todos coincidieron en que la mejor manera de poner fin a la horrible guerra entre Rusia y Ucrania es llegar directamente a un acuerdo de paz, que pondría fin a la guerra”, afirmó Trump.

Delegación de líderes europeos en la Casa Blanca

De las reuniones los líderes salieron con el anuncio del inicio de los preparativos para un contacto entre Putin y Zelenski con Estados Unidos como intermediario.

En este contexto, Rusia lanzó una nueva ofensiva militar en territorio ucraniano que afectó a la delegación de la UE en el país. El presidente del Consejo Europeo, António Costa, confirmó que el ataque alcanzó también el edificio que alberga la misión en Kiev, aunque no se reportaron víctimas entre el personal comunitario.

Veintiséis de los veintisiete países que forman parte de la Unión, excluyendo únicamente a Hungría, condenaron enérgicamente el ataque, que causó la muerte de al menos 23 personas, entre ellas cuatro niños.

“Expresamos nuestras condolencias, nos solidarizamos con todos los ucranianos y condenamos enérgicamente los continuos ataques de Rusia contra civiles e infraestructuras civiles, que constituyen una escalada deliberada y socavan los esfuerzos por la paz”, indicaba la declaración impulsada por la alta representante para Política Exterior de la UE, Kaja Kallas.

Ataque al avión de Von der Leyen

Este mismo lunes, el avión en el que viajaba la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, fue blanco de una supuesta interferencia rusa que ha desactivado los servicios de navegación GPS cuando se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Plovdiv (Bulgaria) este domingo.

Según adelantó el ‘Financial Times’, las autoridades búlgaras informaron a Bruselas de que sospechaban que esta «flagrante interferencia» que ha afectado al vuelo chárter en el que viajaba Von der Leyen fue perpetrada por Rusia. «Podemos confirmar que se produjo una interferencia en el GPS, pero el avión aterrizó sin incidentes», señaló la portavoz comunitaria Arianna Podesta, quien recalcó que «este incidente subraya la urgencia del actual viaje de la presidenta» a los Estados miembro que lindan con Rusia y Bielorrusia.

Desde el Kremlin trataron de desmentir cualquier participación de Rusia en la alteración del sistema de navegación GPS .

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