El actual Colegio de Comisarios ha superado su primer año de mandato, el sexto de Ursula von der Leyen al frente del Ejecutivo Comunitario. 365 días de trabajo marcados por la agenda de simplificación con la que Bruselas dice pretender acabar con las trabas burocráticas e impulsar la competitividad. Hasta el momento, lo ha hecho con hasta ocho paquetes Ómnibus, a espera de que se presente el noveno relacionado con las políticas medioambientales, que abarcan desde el sector agrícola hasta la normativa digital.
Los 365 días de trabajo del conjunto de comisarios no han estado exentos de críticas. Las relaciones entre Europa y Estados Unidos han tensado las conversaciones en la capital comunitaria en un punto en el que algunas voces empiezan a hablar de «chantajes», como es el caso de la simplificación de la legislación tecnológica. Así, la Eurocámara le pide al ejecutivo que escuche sus demandas hasta el punto de querer demandar al Ejecutivo por la retirada de la propuesta de Patentes Esenciales Estandarizadas.
En este contexto, Demócrata reúne a los eurodiputados: Elena Nevado (EPP), Jonás Fernández (S&D), Diego Solier (ECR) y Estrella Galán (Sumar). Durante la conversación, los eurodiputados valoran las prioridades políticas y legislativas de la administración Von der Leyen, así como los retos a los que deberá hacer frente próximamente. En su discurso de investidura, la máxima dirigente comunitaria planteó como eje central de su mandato la vivienda, la seguridad económica y la defensa. Ahora, ese plan empieza a mostrar sus fisuras en los pasillos de las instituciones.
¿Se están cumpliendo las expectativas?
Elena Nevado (EPP): En primer lugar, creo que la Comisión arranca este año con una hoja de ruta clara: el informe Draghi y el informe Letta, que ponen en blanco sobre negro los retos a los que se enfrenta la Unión en un escenario geopolítico muy cambiante. Europa tiene que ser más autónoma, más competitiva y más cohesionada. La defensa empieza a jugar un papel clave con la guerra de Ucrania en nuestra frontera, que debería haber terminado hace tiempo pero sigue comprometiendo la frontera este de la Unión.
Con ese reto por delante, necesitamos una estrategia propia para ser más autónomos, más competitivos y hacer un esfuerzo industrial y tecnológico que nos dé la autonomía que ahora necesita Europa frente al mundo, en un escenario con un nuevo presidente en Estados Unidos que impone reglas distintas y con China amenazando nuestra competencia económica. El Colegio de Comisarios está intentando llevar a cabo esa hoja de ruta.
Sin olvidar algo fundamental para mí: la cohesión social y retos como la crisis de la vivienda, que se ha convertido en un problema europeo central. Creo que está a punto de presentarse la estrategia de vivienda asequible que tanto demanda la ciudadanía.
Jonás Fernández (S&D):Para mí, este año ha sido un año de decepción. Mi colega Elena ha explicado bien cuál debería ser la línea de la Comisión. Podemos tener matices, pero parecía que el informe Draghi y el informe Letta iban a orientar el trabajo de este mandato. Sin embargo, un año después no veo ni el espíritu del informe Draghi ni el del informe Letta reflejados en las propuestas de la Comisión. Tenemos una Comisión con retos existenciales para el proyecto europeo. La solución, en la mayoría de los casos, pasa por acelerar la integración europea: en defensa, en competitividad, en políticas sociales, en vivienda y en muchos otros ámbitos. Si repasamos las propuestas legislativas de este año, no hay ninguna dirigida a mejorar el funcionamiento del mercado único, que debería ser el principal elemento de competitividad. Sí he visto propuestas de simplificación administrativa, que abordan un problema distinto. El problema central está en las dificultades para que el mercado único funcione correctamente. Si no resolvemos eso, los esfuerzos para impulsar la competitividad simplificando normativa comunitaria tendrán un efecto marginal. En algunos asuntos —defensa, relaciones con Estados Unidos— veo una Comisión desnortada, con algunas personalidades ancladas en el siglo XX. Creo que hay gente en el Berlaymont que no se ha enterado de lo que está ocurriendo al otro lado del Atlántico a nivel legislativo.
Diego Solier (ECR): Lo que esperamos desde nuestro punto de vista es más conexión con lo que pasa en la calle. Somos nuevos en el Parlamento y nos ha costado durante este primer año entender cómo funciona todo. Los informes Draghi y Letta nos dieron una base para empezar a trabajar, pero sinceramente veo poco progreso en esas iniciativas que deberían haberse activado.
Vemos un exceso de normas sin un estudio previo del impacto en la ciudadanía. En mi tierra, Valencia, observamos además una escasa ejecución de los fondos Next Generation: la gente nos dice en la calle que no están llegando las ayudas que deberían llegar.
Seguimos teniendo en España el problema de la crisis migratoria, que afecta a nuestras calles. Y cuando la Unión Europea negocia con terceros, como puede ser Estados Unidos, vemos falta de liderazgo: no vamos a negociar con suficiente fuerza.
No necesitamos una Comisión que regule más —eso lo tenemos claro—, sino una que escuche más a la ciudadanía y esté más cercana.
Estrella Galán (The Left): Todo lo que estamos viendo es una amenaza en materia de derechos. Hay un retroceso claro: está en juego el Estado de Bienestar, el Estado de Derecho y la democracia. Han entrado en las instituciones fuerzas políticas antieuropeístas y la Comisión ha comprado el discurso del miedo.
Bajo el mantra de la competitividad y la simplificación se está llevando a cabo un proceso de desregulación que pone en riesgo derechos fundamentales. Recientemente se han aprobado normas que incluso abren debates laborales superados, como la posibilidad de ampliar la jornada laboral en nombre de la seguridad.
Estamos en un momento estratégico, con una Comisión desnortada. Yo diría que le falta la brújula social que siempre ha marcado los valores fundacionales de la Unión. Y Europa se ha convertido en un actor irrelevante a nivel internacional: lo hemos visto en Gaza, donde por su falta de posicionamiento ha permitido un genocidio en directo; y en Ucrania, donde en vez de optar por soluciones diplomáticas ha optado por más armas.
La estrategia presupuestaria refuerza una Europa militarizada en lugar de una Europa de derechos.
¿Está la Comisión escuchando al Parlamento a la hora de elaborar sus propuestas? ¿Han cambiado las dinámicas en Bruselas?
Elena Nevado (EPP): Creo que la Comisión sí ha escuchado a los ciudadanos que pedían simplificación. Ya ha lanzado cinco paquetes omnibus en respuesta a las pymes, a la falta de competitividad y al exceso de regulación que nos impedía competir en igualdad con el resto del mundo. No veo que hayamos perdido sensibilidad social.
En el último pleno se aprobó una resolución para las personas con discapacidad con un apoyo altísimo del Parlamento. Y aprobamos el reglamento Restor para ayudar a familias afectadas por catástrofes naturales, también en Valencia y en otros países. Europa responde a las necesidades de los ciudadanos en un escenario geopolítico distinto.
La defensa europea no significa armamento, sino pensar en la paz y la seguridad de los ciudadanos ante amenazas que no hemos provocado pero nos afectan. Cuando hablo con compañeros rumanos o búlgaros veo que viven bajo la amenaza de un dictador como Putin. No se trata de tener un ejército por tenerlo: se trata de garantizar la paz, que es el proyecto europeo.
El Parlamento actual es distinto al anterior. Quizá se había ido demasiado lejos en la regulación medioambiental. No somos negacionistas del cambio climático: compartimos los objetivos, pero sin asfixiar a la industria porque eso es asfixiar empleo. Queremos una Europa que trabaje, no una Europa que cierre empresas.
Jonás Fernández (S&D): Siempre ha habido una única mayoría posible: las fuerzas proeuropeas. Ahora hay una mayoría alternativa formada por el Partido Popular y todo lo que está a su derecha.
Lo preocupante no es solo el sesgo hacia la derecha, sino que algunos de esos grupos no comparten el proyecto europeísta. Eso no ayuda a avanzar.
El FMI publicó un informe señalando aranceles implícitos del 40% en bienes y 110% en servicios dentro del mercado único, debido a normativas nacionales y medidas proteccionistas. El BCE publicará otro con cifras similares. Son guarismos desproporcionados. Si queremos mejorar la competitividad, la prioridad debe ser consolidar el mercado único.
Los omnibus se centran en suavizar normativa comunitaria. Es un debate legítimo, pero pensar que eso resolverá los problemas de competitividad cuando los problemas están en las barreras internas… me parece casi perder el tiempo.
Diego Solier (ECR): El debate que tenemos hay que normalizarlo. No veo problema en que el PP vote con la derecha, igual que PSOE y PP votan a veces con fuerzas más a la izquierda. Las mayorías cambian según los temas.
Los votantes están mirando más a la derecha, pero también surgieron antes fuerzas más a la izquierda. En el centro está la moderación, que es donde está ECR: la parte conservadora, que hay que tener en cuenta. Defendemos una Europa de países soberanos y fuertes.
La relación entre Parlamento y Comisión está teniendo fricciones. Y, por lo que escucho, tampoco los compañeros socialistas están contentos con la Comisión. Quizá debemos presionar más todos.
Los omnibus se quedan cortos: si antes había cinco fondos y ahora se aglutinan en uno solo, sin separar destinos, no es lógico. Para mí simplificar no es eso, sino facilitar el acceso real de las organizaciones y de los ciudadanos.
Estrella Galán (The Left): La Comisión está usurpando el papel del Parlamento. Hay propuestas que sortean su consulta, lo cual es una vulneración grave: el Parlamento es la única institución europea elegida directamente.
Simplificar no puede significar reducir derechos. Distintos omnibus han recortado garantías. El próximo omnibus digital abre la puerta a debilitar la protección de datos, favoreciendo a las tecnológicas.
El Fondo Social Europeo se está desdibujando, pese a su papel esencial contra la desigualdad. Y existe el riesgo de que parte del 14% destinado a políticas sociales pueda ir a cuestiones militarizadas.
Una de las necesidades más claras es el problema de la vivienda, que afecta a toda la Unión.
¿Cómo impactará el paquete de simplificación agrícola en el campo español?
Elena Nevado (EPP): El campo necesita una respuesta clara. Si hay un sector que pidió un cambio en las elecciones europeas es el agrícola. Confío en que este omnibus responda a sus reivindicaciones.
También debemos rebajar ciertas exigencias medioambientales hasta que podamos cumplir los objetivos. Y las cláusulas espejo deben aplicarse en acuerdos como Mercosur o con Marruecos.
¿Está perdiendo Europa su ambición en la legislación digital?
Jonás Fernández (S&D): La UE está perdiendo ambición en protección de datos, y a cambio de nada.
Además, el nuevo marco financiero es un 40% menor que el actual porque desaparecen los Next Generation. La Comisión propone un recorte del 20% a la PAC y del 70% al fondo pesquero. No es compatible con el informe Draghi.
Los omnibus no resolverán los problemas estructurales: los aranceles internos y las barreras nacionales.
¿Impulsará la competitividad el nuevo Ómnibus Digital?
Diego Solier (ECR): En inteligencia artificial vamos tardísimo. Hemos perdido la capa 1: chips, hardware y materias primas. Tenemos que centrarnos en la capa 2: las aplicaciones prácticas de la IA en el día a día.
Debemos facilitar a las empresas europeas trabajar sin restricciones absurdas que las llevan a usar VPN para acceder a servicios de IA fuera de Europa. El GDPR fue un éxito y debemos protegerlo.
Europa debe apostar fuerte por la tecnología cuántica.
¿Esperan que llegue un Ómnibus relacionado con los asuntos sociales?
Estrella Galán (The Left): Eso sería lo deseable, pero estamos lejos. Necesitamos una transición justa, verde y social, y no vemos que la Comisión vaya en esa dirección.
En migración estamos viendo vulneraciones de derechos humanos. El pacto de migración y asilo crea una maquinaria de deportaciones. No es el camino.
No veo posible un omnibus social con esta Comisión.
¿Cómo definirían con una palabra sus prioridades para 2026?
Elena Nevado (EPP): Vivienda y Europa de la salud
Jonás Fernández (S&D): Integración económica y mercado único
Diego Solier (ECR): Reconectar con la gente, el campo y la industria
Estrella Galán (The Left): Perseguir la paz; soluciones diplomática