La Mesa del Parlamento Vasco, reunida este martes, ha decidido instar a que en la Cámara se mantenga un “debate respetuoso y constructivo”, y ha mostrado su rechazo hacia expresiones y comportamientos que “busquen la crispación”. De este modo, el órgano de gobierno del Parlamento no ha otorgado “amparo” a EH Bildu ni ha acordado ninguna sanción contra el presidente del PP vasco, Javier de Andrés, pese a que este auguró a la coalición soberanista su “exterminio” político.
El pasado día 18, el portavoz de EH Bildu en el Parlamento, Pello Otxandiano, registró un escrito dirigido a la Mesa en el que reclamaba “amparo”, una declaración formal de “rechazo” a las palabras del dirigente popular, así como la puesta en marcha de medidas sancionadoras.
Las declaraciones de De Andrés, en las que pronosticó el “exterminio” político de EH Bildu, se produjeron el jueves anterior durante el pleno de la Cámara. Sus manifestaciones llegaron después de que el parlamentario de EH Bildu Arkaitz Rodríguez, en el marco del debate para la elección de Mikel Mancisidor como Ararteko con el respaldo del PP, acusara al PNV y al PSE-EE de “blanquear” a los “herederos del franquismo”, a un partido del “bloque reaccionario, portador de tiempos oscuros”.
“Situaciones reiteradas” y llamamiento al civismo
Tras analizar el escrito, la Mesa del Parlamento Vasco ha aprobado un acuerdo con el apoyo de los representantes de PNV y PSE-EE y el voto en contra de EH Bildu. En dicho texto se indica que, “ante reiteradas situaciones producidas en los últimos tiempos, considera que el debate respetuoso y constructivo, alejado de cualquier expresión o actitud que busque la crispación o el menoscabo personal, es, además de un valor en sí mismo, indispensable para preservar la integridad de la vida parlamentaria y la confianza de la ciudadanía en sus instituciones”.
El órgano rector subraya que este clima debe constituir “un rasgo identitario y verdadero patrimonio” del Parlamento, “consolidando una trayectoria de civismo parlamentario que debe prevalecer, en todo momento, sobre la legítima discrepancia ideológica”.
En coherencia con este planteamiento, la Mesa hace un llamamiento a “la responsabilidad compartida del conjunto de parlamentarias y parlamentarios para, evitando dinámicas que desvirtúen la función representativa, garanticen que la palabra siga siendo la única herramienta válida para el contraste de pareceres y la búsqueda del bien común”.