Con un presupuesto de 3.250 millones de euros para los próximos tres años, las instituciones vascas implementarán el ‘Plan Director de Vivienda 2025-2027’, cuyo objetivo es abordar la ‘emergencia habitacional’ en Euskadi, tal como lo detalló Denis Itxaso, consejero de Vivienda y Agenda Urbana.
Itxaso, quien presentó este plan ante la Comisión de Vivienda del Parlamento Vasco, destacó que este no solo es un documento técnico, sino un compromiso político y social dirigido a una de las principales preocupaciones de los ciudadanos. Durante su exposición, Itxaso enfatizó que actualmente, ‘miles de hogares destinan casi el 40% de sus ingresos a cubrir los costos de vivienda’, lo que limita severamente sus posibilidades de ahorro y consumo.
‘Es imperativo un plan combativo para abordar la crisis de acceso a la vivienda desde múltiples frentes’, subrayó el consejero. El plan se estructura en cinco ejes principales, entre ellos la promoción de vivienda asequible, con un objetivo de 7.000 nuevas unidades de alquiler asequible durante la legislatura, de las cuales 5.250 estarán disponibles en los tres próximos años. Otro pilar del plan es la rehabilitación de edificaciones, con un financiamiento previsto para 62.000 viviendas y 10.000 edificios, enfocándose en mejorar la accesibilidad y la eficiencia energética.
El plan también incluye ayudas para los hogares más necesitados, modernización del sector de la construcción y un refuerzo en la gobernanza y coordinación con autoridades locales y agentes sociales. Itxaso anunció además, la declaración de zonas tensionadas en el 70% de los municipios vascos para 2025, lo que permitirá aplicar medidas específicas para proteger a los residentes y equilibrar el mercado.
CRÍTICAS DE LA OPOSICIÓN:
Representantes de distintos partidos políticos expresaron sus reservas sobre el plan. Xabier Astigarraga de EH Bildu criticó la falta de concreción en fechas y presupuestos, mientras que Ana Morales del PP argumentó que el plan profundiza en un modelo fallido. Jon Hernández de Sumar destacó la falta de coherencia y ambición del documento, a diferencia de Jonatan Moreno del PNV y Adrián Fernández del PSE-EE, quienes defendieron las propuestas incluidas en el plan.