La representante del Partido Popular en el Parlamento Vasco, Laura Garrido, ha manifestado su descontento con el discurso «nada ambicioso» pronunciado por el lehendakari, Imanol Pradales, en el contexto del debate sobre política general. Según Garrido, Pradales ha omitido enfocarse en «los verdaderos problemas de la sociedad vasca y de la Euskadi real», destacando áreas críticas como «la vivienda, el empleo, la educación y la industria».
Durante su intervención, Garrido ha instado a Pradales a «mejorar el autogobierno y dejarse de aventuras», en alusión a la propuesta de un nuevo estatus político, y ha expresado su sorpresa porque «la Euskadi real se ha quedado fuera del Parlamento». Criticó la falta de un enfoque sólido y coherente que debería caracterizar al presidente del Gobierno Vasco, especialmente en temas como la vivienda, que considera el principal problema de los vascos.
Además, Garrido ha señalado la ausencia de medidas en otros ámbitos como la sanidad, donde sugirió que más allá de «aumentar el número de psicólogos clínicos», se debería reflexionar sobre las preocupaciones de los jóvenes relacionadas con el empleo estable y la vivienda. También lamentó la escasa atención a la educación, el empleo, la industria, la fuga de talento juvenil, la deslocalización empresarial y los grupos en dificultades como «las mujeres y los parados de larga duración».
«El lehendakari ha hablado mucho de los problemas de fuera, pero no de la Euskadi de dentro. Su verdadero discurso es lo que no ha dicho de Euskadi, que es hacer hincapié en los verdaderos problemas de la sociedad vasca. Su modelo hace seguidismo de Bildu y PSE, que nada tiene que ver con la Euskadi real», enfatizó Garrido.
En cuanto al autogobierno, Garrido ha criticado la postura de Pradales y su relación con el PNV, mencionando que «nos ha llamado la atención que no haya citado a la Ertzaintza, cuando es uno de los principales síntomas de nuestro autogobierno». Asimismo, defendió la participación del PP en el minuto de silencio en solidaridad con Palestina al inicio del pleno, calificando la situación como una «masacre» y un acto que «correspondía acompañar».