El horizonte electoral del Partido Popular pasa por Castilla y León, Andalucía, Aragón y Extremadura. Distintos escenarios y diferentes puntos de partida: desde la convocatoria por fin de mandato a un posible adelanto por la falta de presupuestos. El PP, deja en manos de los presidentes autonómicos apostarlo todo a un «superdomingo» o decantarse por una cascada electoral que arrancaría a principios de año en Castilla y León, seguida de las citas electorales en Aragón, Extremadura y Andalucía.
Tanto la imagen del balcón en la sede de Génova 13 celebrando una victoria múltiple, como ocurrió en el 28M, como la sucesión de victorias prolongadas durante varios meses, podría servir de revulsivo a los populares ante unas futuras elecciones generales. Si bien, voces próximas a la Dirección Nacional del partido aseguran que no existe un equipo de campaña trabajando en ello, pero que no descartan ningún escenario.
En este sentido, también niegan a Demócrata que desde la dirección del partido se esté auspiciando un «superdomingo» como han publicado algunos medios de comunicación y defienden que la decisión corresponde únicamente a los presidentes autonómicos. Una tesis que ya defendió ayer el secretario general de la formación, Miguel Tellado.
Las elecciones que vienen
Por ahora, solo en Castilla y León se ha puesto fecha a las elecciones. El 15 de marzo arrancará este nuevo ciclo electoral salvo que Pedro Sánchez adelante las generales, en cuyo caso, Alfonso Fernández Mañueco abogaría por anticiparlas para hacerlas coincidir.
En lo que Andalucía respecta, la legislatura concluye en junio de 2026 y su presidente, Juanma Moreno Bonilla, reafirmó ayer su intención de agotarla: «No sé qué harán otros (presidentes autonómicos), yo intentaré aguantar hasta el final de la legislatura«.
No obstante, si el calendario electoral se viera alterado y los andaluces fueran convocados a las urnas en primavera, este movimiento en el PP lo ven como un «adelanto técnico», ya que solo habría un par de meses de diferencia respecto a la fecha que tocaba por ley. Como Mañueco, Moreno Bonilla también ha reconocido que solo adelantaría las elecciones si fueran «muy cercanas a las generales».
Distinto marco es el de Aragón y Extremadura, donde frente a la posibilidad de no aprobar unos presupuestos por la falta de acuerdo con Vox, no descartan ir a las urnas. La presidenta extremeña, María Guardiola, es la que más tajante se pronunciado sobre un adelanto electoral: «El escenario planteado es: o presupuestos para el futuro o que el futuro lo decidan o lo elijan los ciudadanos extremeños». Los barones populares se han mostrado siempre muy críticos con Sánchez por tratar de agotar la legislatura sin tener nuevos PGE, y ni Guardiola, ni el aragonés, Jorge Azcón, estarían dispuestos a replicar la estrategia y asumir ese coste.
Desde el PP insiste en que en cualquier caso, los tiempos y los plazos los marcará cada presidente, del mismo modo que cuando Alberto Núñez Feijóo presidía Galicia, él tomaba las decisiones y diseñaba sus propias campañas. «No vamos a inducir nada, ni a levantar el teléfono», deslizan fuentes de la cúpula del partido a este medio, a la par que reconocen que no tiene sentido hacer cálculos electoralistas a seis meses vista: «Es muy complicado». En estos momentos, en las filas populares, ni el «superdomingo», ni la sucesión de elecciones en un plazo de cuatro meses está totalmente descartado.