La Asamblea de Extremadura ha dado luz verde a una propuesta de Vox, apoyada por el PSOE, instando a la presidenta María Guardiola a no proceder con la fundación del Observatorio de Opinión Pública de la comunidad autónoma. Esta medida, calificada por Vox como “el CIS extremeño de Guardiola”, ha sido respaldada también por el PSOE, mientras que el PP se ha opuesto y Unidas por Extremadura se ha abstenido.
Óscar Fernández Calle, portavoz de Vox, ha criticado duramente la iniciativa, describiéndola como un “juguetito” y un “organismo innecesario que no reporta en el interés general”. Fernández Calle ha señalado además que este tipo de herramientas solo sirven para “enchufar amigos” y generar un “gasto superfluo”.
Por otro lado, el diputado del PP, Pedro Pablo González Merino, ha defendido el observatorio como una herramienta útil y necesaria para la mejora de las políticas públicas, negando que represente un gasto superfluo o una duplicidad en la estructura administrativa existente.
Finalmente, desde el PSOE, José María Vergeles ha expresado su oposición al proyecto, argumentando que éste podría quitar competencias al Instituto de Estadística de Extremadura y que representa una promoción personal de ciertos políticos más que una necesidad pública.
Unidas por Extremadura, aunque no apoya la propuesta de Vox, también ha criticado la iniciativa del gobierno, con José Antonio González Frutos señalando que parece más una herramienta de propaganda gubernamental que un verdadero instrumento de investigación social.