El vicepresidente del Govern y conseller de Economía, Hacienda e Innovación, Antoni Costa, ha defendido que la Comunidad está en condiciones de asumir un “cierto grado de déficit” presupuestario en caso de que se desencadene una crisis económica, sin comprometer la estabilidad de las cuentas autonómicas.
Costa ha realizado estas declaraciones este martes en la Comisión de Economía y Hacienda del Parlament, durante la presentación de los aspectos generales de la Cuenta General de la CAIB de 2024. En su comparecencia, se le ha preguntado por la aparente contradicción entre el mantenimiento de unos gastos estructurales crecientes y la imposibilidad de garantizar la misma senda al alza en los ingresos.
El vicepresidente ha admitido que la administración autonómica soporta un nivel de gasto estructural que se “consolida” ejercicio tras ejercicio, pero ha subrayado que, a su entender, la evolución de la recaudación “lo permiten”. En este contexto, ha insistido en que el margen presupuestario actual da cierto colchón para afrontar un posible deterioro del ciclo económico sin necesidad de aplicar ajustes inmediatos.
Como ejemplo, Costa ha citado el comportamiento del impuesto de transmisiones patrimoniales. Según ha detallado, hasta noviembre de 2025 se han ingresado 644 millones de euros, es decir, 75 millones más que en el mismo periodo del año anterior, una cifra que ha calificado de “elevadas”. No obstante, ha remarcado el carácter más coyuntural de esta figura tributaria frente a otros impuestos de naturaleza más estable, como el IVA o el IRPF.
En relación con el mercado de la vivienda, ha señalado que “no se prevé un ‘crack’” inmobiliario que provoque un desplome de esta fuente de ingresos. Al mismo tiempo, ha reconocido que “no sabe si los ingresos crecerán” al mismo ritmo en el futuro, pero ha reiterado que, en su opinión, la trayectoria del gasto público sigue siendo “sostenible”.
Para sustentar su análisis, el conseller ha aportado varios datos de ejecución presupuestaria. Ha recordado que el ejercicio 2024 se cerró con un superávit provisional de 114 millones de euros, equivalente al 0,26 del PIB de Baleares, lo que constituye el quinto año consecutivo en el que las cuentas autonómicas concluyen con un saldo positivo.
Durante su intervención, Costa ha enmarcado estas cifras en la estrategia económica del Govern, orientada a preservar la solvencia financiera de la Comunidad incluso en un escenario de menor crecimiento. Según ha apuntado, el objetivo es mantener la capacidad de reacción ante eventuales tensiones económicas sin renunciar a las políticas de gasto ya consolidadas en ámbitos como los servicios públicos esenciales.
El responsable económico del Ejecutivo ha reiterado que la situación actual de las finanzas autonómicas permite contemplar un “cierto grado de déficit” en un contexto adverso, siempre dentro de los límites fijados por la normativa de estabilidad y sin poner en riesgo el equilibrio a medio plazo.











