El PP insta a Vox a mantener la colaboración sin imponer sus propias exigencias

El PP pide a Vox continuar la colaboración sin que sus 'obsesiones' dicten las condiciones futuras.

Sebastià Sagreras, portavoz del PP en el Parlament, ha expresado a Manuela Cañadas, su homóloga de Vox, el deseo de continuar la cooperación habitual, aunque ha solicitado que no impongan condiciones basadas en sus propias «obsesiones».

Este intercambio tuvo lugar al final de su intervención en la segunda jornada del Debate de Política General que se celebra este miércoles en la cámara regional.

«Saben que cumplimos siempre los acuerdos, los últimos pendientes son los del pacto presupuestario. Muchas medidas de las que anunció ayer Prohens son en la música de lo que acordamos», declaró Sagreras a Cañadas, quien había criticado con dureza al PP durante su discurso, acusándoles de no cumplir su palabra.

Sagreras aclaró que las medidas acordadas para aprobar los presupuestos autonómicos de 2025 son las que ambos partidos pactaron, y no otras que Vox ha decidido defender actualmente.

«Nos preocupa, señora Cañadas, nos decepciona, que condicionara la aprobación del decreto acordado con ustedes con sus cuestiones lingüísticas que nada tenían que ver», añadió el portavoz. Se refería a la votación de la semana pasada en la que Vox rechazó la convalidación del decreto de aceleración de proyectos estratégicos debido a la negativa del PP a considerar la proposición de ley de Vox para que el castellano sea lengua vehicular en educación, lo cual, según ellos, contradice el decreto de mínimos o la ley de normalización lingüística.

«Usted tendría que subir aquí y disculpase con la sociedad y las empresas de Baleares por tumbar el decreto», espetó Sagreras a Cañadas, reafirmando su intención de «colaborar como siempre» sin que eso implique que Vox «condicione las medidas futuras a sus obsesiones».

Antes de finalizar, Sagreras pidió a Cañadas que no se altere innecesariamente y mantenga una actitud coherente, criticando su doble estándar en temas como la lengua y la política migratoria. «Qué poca vergüenza, qué poca vergüenza», replicó Cañadas desde su lugar.

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