El PP ha sacado pecho de la estabilidad con la que el Ejecutivo autonómico encara el cierre del año y el ecuador de la legislatura, destacando el “sinfín” de decretos y normas que han salido adelante en la Cámara, frente a un PSIB que insiste en el bloqueo institucional y en un Govern “más débil, más flojo y más limitado” que el que arrancó el mandato.
Las formaciones con representación parlamentaria han aprovechado la recepción ofrecida por el presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, a periodistas y representantes de los medios que siguen el día a día de la institución, para hacer su particular balance de estos meses de trabajo político.
El portavoz del PP, Sebastià Sagreras, ha puesto como ejemplo la ley de conciliación, la regulación sobre macrogranjas, el decreto de contención turística, la ley de polígonos, la normativa de dependencia o la ley de capitalidad. Asimismo, ha mencionado el decreto de aceleración de proyectos, que en un primer momento fue rechazado por Vox pero que, previsiblemente, será convalidado el próximo martes tras acordarse un nuevo redactado con la formación de Santiago Abascal.
El dirigente ‘popular’ ha subrayado, en contraste con el Gobierno central, que el Ejecutivo balear dispone de unos presupuestos autonómicos aprobados el pasado verano, susceptibles de ser prorrogados para “transitar con facilidad lo queda de legislatura”.
“Ante el humo, ante el ruido, ante la voluntad de los grupos de la izquierda de que haya bloqueo, aquí hay una realidad, y es que el Govern de Marga Prohens tiene estabilidad”.
En el lado opuesto, el portavoz adjunto del PSIB, Marc Pons, ha considerado que es una mala noticia para la ciudadanía balear que el Ejecutivo se encuentre ahora “más flojo, más débil y más limitado” que al inicio de la legislatura.
El socialista ha reprochado al Govern de Prohens que “mire hacia otro lado” ante la crisis de la vivienda y el “drama” que afrontan más de 26.000 familias que en breve deberán renegociar sus contratos de alquiler sin precios topados, y también le ha acusado de no haber tenido la firmeza suficiente para subir el Impuesto de Turismo Sostenible (ITS).
El portavoz de Més per Menorca, Josep Castells, ha criticado que no se haya materializado el cambio de modelo prometido ni el punto de inflexión anunciado en problemas que afectan directamente a la población, como el acceso a la vivienda, la sanidad, la conectividad aérea o la saturación turística. “Seguimos igual de mal”, ha sentenciado. A su juicio, las normas aprobadas son “retóricas” y el único ámbito en el que el Govern “se ha empleado a fondo” es en la destrucción del territorio y en facilitar la construcción “en cualquier sitio”.
Por su parte, el portavoz de MÉS per Mallorca, Lluís Apesteguia, ha lamentado que el ejercicio termine como empezó el anterior, condicionado por la relación “pimpinélica” entre PP y Vox, que “se quieren y se pelean según los intereses económicos que les mueven”, mientras quienes acaban perjudicados son los ciudadanos de Baleares, con una vivienda cada vez más inaccesible, mayor presión sobre el territorio y unos servicios públicos con menos recursos. “Ha sido un año perdido y los que ganan son los que ganan siempre que gobierna el PP: los promotores inmobiliarios y los grandes hoteleros”, ha afirmado.
La portavoz de Vox, Manuela Cañadas, ha defendido que durante este año ha quedado claro que “donde está Vox hay un cambio real” y ha avanzado que, de cara al próximo año, si el PP impulsa iniciativas “con tintes de la criminal Agenda 2030” deberá eliminar esos elementos para contar con su respaldo; si los retira, ha dicho, habrá entendimiento.
“Estamos para mirar por el bien de los ciudadanos, no solamente para mirar una acción política o en unas futuras elecciones”, ha concluido.











