Iberdrola ha decidido poner en espera el 25% de sus futuras inversiones en las redes de distribución en España, que ascienden a 1.000 millones de euros, a la espera de las definiciones regulatorias para el ciclo 2026-2031 por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Dentro de su reciente plan estratégico, la compañía ha aceptado como un hecho el cierre de la central nuclear de Almaraz, siguiendo el acuerdo de 2019 entre los propietarios y Enresa, que establece el fin del primer ciclo en 2027 y del segundo en 2028.
En una exposición a analistas durante el Capital Markets Day, Pedro Azagra, consejero delegado de Iberdrola, compartió que se contemplan inversiones de cerca de 4.000 millones de euros en el sector de distribución del país, pero esta cifra podría fluctuar en unos 1.000 millones dependiendo de las condiciones finales que establezca el regulador. Azagra destacó un retorno esperado sobre el capital invertido -ROE regulatorio- cercano al 8%. Sin embargo, en julio, la CNMC sugirió un retorno del 6,46% para el siguiente periodo regulatorio, por debajo de las expectativas del sector eléctrico, que aspira a entre el 7% y el 8%.
Riesgos regulatorios
“Los riesgos para España dependen de las medidas regulatorias que se adopten”, señaló Azagra, añadiendo que, aunque Iberdrola ve a España como una parte menor de su negocio en comparación con otros competidores, es crucial tener una base regulada bien diversificada. En total, el plan de Iberdrola para el periodo 2025-2028 contempla inversiones de 9.000 millones de euros en España, incluidos 4.000 millones en redes eléctricas, con el objetivo de elevar la base de activos regulados de 9.000 millones de euros a 11.500 millones en cuatro años. “Esto también dependerá del marco regulatorio”, insistió Azagra.
En cuanto a la producción de energía y atención al cliente, las inversiones sumarán 5.000 millones de euros, con un 60% dirigido a la generación renovable y el 40% a servicios al cliente. Respecto a Almaraz, el cierre del grupo I afectará 550 megavatios (MW) consolidados en noviembre de 2027, y del grupo II en octubre de 2028. Iberdrola planea un aumento de capacidad instalada de 31.000 MW a 32.500 MW para 2028, incluyendo 600 MW de baterías, aunque este crecimiento neto se verá afectado por el cierre de Almaraz.
20.000 millones en dividendos hasta 2028
La eléctrica tiene programado distribuir aproximadamente 20.000 millones de euros en dividendos a sus accionistas durante el periodo 2025-2028, según lo revelado en la actualización de su ‘hoja de ruta’ durante el Capital Markets Day.
Dirigida por Ignacio Sánchez Galán, la compañía continuará aumentando la retribución a sus accionistas alineada con la progresión de sus resultados financieros. En este sentido, planea asignar entre el 65% y el 75% de su beneficio neto al pago de dividendos, con un dividendo mínimo garantizado de 0,64 euros por acción, incluyendo el programa de Iberdrola Retribución Flexible que contempla también la recompra de acciones.
Conforme a su nuevo plan estratégico, Iberdrola espera alcanzar un Ebitda de 18.000 millones de euros en 2028, lo que representa un aumento de 3.000 millones en comparación con 2024. La empresa también se propone que el 75% de este Ebitda sea independiente de las fluctuaciones de los precios energéticos.
El grupo español proyecta un beneficio neto ajustado de 7.600 millones de euros para el año 2028, superando en 2.000 millones de euros la cifra récord previa de 5.530 millones conseguida en 2024. Este ambicioso plan está fundamentado en una robusta solidez financiera que le permite mantener su calificación de crédito en ‘BBB+’, gracias a la diversificación de sus fuentes de financiación y una estructura financiera sólida, con un 73% de la deuda a tipo fijo y a largo plazo.
Adicionalmente, tras una ampliación de capital de 5.000 millones de euros, Iberdrola ha planificado un programa de rotación de activos y alianzas valorado en 13.000 millones de euros, de los cuales ya ha completado el 75%. Como resultado, la firma anticipa generar un flujo de caja de 52.000 millones de euros en el mencionado periodo, impulsado por inversiones que ascenderán a 58.000 millones de euros, incrementando en un 30% respecto al periodo 2021-2024, consolidando su enfoque en los negocios regulados de redes, especialmente en el Reino Unido y Estados Unidos.
