El Ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andri Sibiga, ha informado que más de 1.400 africanos, originarios de hasta 36 países diferentes, están actualmente combatiendo en el Ejército ruso. Sibiga ha solicitado a las naciones africanas que intensifiquen sus esfuerzos para interrumpir las estrategias de reclutamiento implementadas por Moscú.
Según Sibiga, el número exacto es de 1.436 ciudadanos africanos comprometidos en la invasión a Ucrania, aunque la cifra podría ser superior. Atribuyó el reclutamiento no solo al incentivo económico sino también a engaños y coacciones. “Firmar un contrato equivale a una sentencia de muerte”, declaró en X.
La revelación del ministro ucraniano se produce tras la confirmación del presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, sobre la petición de auxilio de alrededor de quince sudafricanos desde el frente de batalla. Sin embargo, no se especificó a qué lado pertenecían.
Sibiga ha denunciado que los combatientes extranjeros en el Ejército ruso son tratados como “carne de cañón” y señaló que “La mayoría de los mercenarios no sobreviven más de un mes”. Por ello, ha hecho un llamado a los ciudadanos de estos países a no dejarse atraer por las ofertas rusas y a los que ya están luchando, a buscar la oportunidad de desertar y convertirse en prisioneros de guerra.
“El cautiverio en Ucrania ofrece un billete a la vida y la posibilidad de regresar al país de origen”, expresó Sibiga, añadiendo que combatir por Rusia “es ilegal, inmoral y viola la Carta de Naciones Unidas y el Derecho Internacional”.
Finalmente, instó a los gobiernos africanos y del mundo a alertar a sus ciudadanos sobre los riesgos de unirse al Ejército ruso y a vigilar activamente cualquier campaña de reclutamiento dentro de sus fronteras.











