Denis Becirovic, presidente bosniaco de Bosnia y Herzegovina, ha expresado su preocupación este viernes por la ‘relativización’ del genocidio bosnio y ha afirmado que las políticas que condujeron a esos crímenes aún persisten. ‘Sólo un Estado fuerte puede detenerlo’, declaró en el trigésimo aniversario de la masacre de Srebrenica.
‘Las políticas que llevaron al genocidio siguen siendo una amenaza. No hemos eliminado el peligro de un nuevo genocidio. Solo un Estado fuerte puede detener estos crímenes’, enfatizó Becirovic, quien forma parte de la presidencia tripartita de Bosnia y Herzegovina.
Además, Becirovic criticó que desde Serbia se ha estado ‘relativizando’ los eventos que sucedieron hace 30 años en Srebrenica, ubicada en República Srpska, la región serbia del país, escenario de la masacre de 8,000 personas.
‘Presenciamos una propaganda monstruosa contra Bosnia y Herzegovina, un socio fiable en la coalición global. El genocidio contra los bosnios no fue una coincidencia histórica, fue financiado y brutalmente perpetrado’, recordó durante su discurso en el Centro Conmemorativo de Potocari.
El mandatario bosnio señaló a Belgrado como el origen de la masacre y criticó que 30 años después ‘hay quienes no quieren oír hablar del papel de los líderes serbios’ en estos hechos, mientras se reactiva la ‘demonización’ de los bosnios ante Occidente.
Por otro lado, Christian Schmidt, alto representante para Bosnia y Herzegovina, encargado de asegurar la aplicación de los acuerdos de Dayton de 1995, destacó el ‘ejemplo’ y la ‘valentía’ mostrados por supervivientes y víctimas, y su determinación para ‘construir un futuro mejor’.
‘La negación del genocidio, el odio por motivos nacionales a la idea de la supremacía nacional y religiosa no deben tener cabida en este país’, afirmó Schmidt.
La ceremonia de este año también se centró en la recuperación de los restos de siete personas víctimas de la masacre. Aún se desconoce el destino de más de 1,000 personas. ‘Es una mancha en la conciencia de la humanidad’, lamentó Schmidt.