La Organización de las Naciones Unidas confirmó la cifra de 375 personas fallecidas debido al desastre natural ocurrido en agosto en la región occidental de Sudán. La entidad ha comunicado que todavía hay «muchos siguen desaparecidos» tras el devastador evento que casi borró del mapa a la localidad de Tarsin.
Desde la cuenta oficial de Facebook del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en Sudán, se destacó que el deslizamiento de tierras «mató a 375 personas» y que «Muchos siguen desaparecidos. Unas 150 personas se vieron desplazadas». Además, se informó sobre las dificultades que enfrentan los equipos de rescate debido a la complejidad del terreno y las persistentes lluvias, mencionando que se están distribuyendo «kits de higiene personal y suministros médicos a las zonas afectadas».
El informe de situación de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) indicó que entre el 4 y el 8 de septiembre «los socios humanitarios entregaron ayuda vital a más de mil personas» en Tarsin y áreas circundantes, aunque se aclara que «La cifra de muertos sigue sin verificación».
El Movimiento de Liberación de Sudán (MLS), un grupo rebelde, reportó que los deslizamientos destruyeron casi completamente Tarsin, situada en la montañosa Yebel Marra, y alegaron la supervivencia de solamente una persona en la localidad, estimando cerca de mil víctimas mortales.
Yebel Marra se encuentra en la línea divisoria entre Darfur Sur y Darfur Centro, siendo un refugio para quienes huyen del conflicto armado que afecta a la región, especialmente de El Fasher. Este último ha estado bajo el asedio de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) por más de 500 días y en otras áreas de Darfur Norte. La guerra civil que estalló en abril de 2023 ha generado una crisis humanitaria severa, aumentando el número de desplazados y refugiados y exacerbando los riesgos de enfermedades y daños a infraestructuras vitales.














