La organización civil Sudan Doctors Network, encargada de registrar las víctimas del conflicto desatado en Sudán desde abril de 2023, ha actualizado este viernes el balance del ataque con drones atribuido a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en el estado de Kordofán Sur. Según sus datos, el número de fallecidos supera ya el medio centenar, entre ellos 33 menores, tras el bombardeo que impactó contra una guardería infantil y un centro hospitalario, en un país arrasado por una de las peores crisis humanitarias del planeta.
La red de médicos ha precisado que entre las víctimas mortales figuran también cuatro mujeres y “varios paramédicos que acudieron al lugar para prestar ayuda, pero fueron alcanzados por un segundo ataque inesperado”, tal y como ha explicado en un comunicado difundido a través de sus perfiles oficiales. En ese mismo texto, la organización ha reclamado a la comunidad internacional que “active urgentemente sus mecanismos para detener estas violaciones y proteger a los civiles desarmados” en territorio sudanés.
En la nota, firmada por la portavoz de la Red de Médicos Sudaneses, Razan al Mahdi, se denuncia que “este crimen atroz y masacre inmoral contra niños en su jardín de infantes confirma la política deliberada de las RSF de aterrorizar a los civiles y desplazarlos por la fuerza, tácticas que han empleado sistemáticamente en El Fasher, Kordofán y otras regiones”. La entidad subraya que el ataque se ha dirigido contra objetivos claramente civiles, lo que agrava la gravedad de los hechos en términos de posible crimen de guerra.
La propia Sudan Doctors Network había informado el día anterior de un balance inicial de al menos nueve muertos, entre ellos cuatro niños y dos mujeres, como consecuencia del mismo bombardeo del jueves, que describió como “una grave violación del Derecho Internacional Humanitario”. Con el paso de las horas y la llegada de más información desde la zona, el número de víctimas ha ido aumentando hasta superar las 50 personas fallecidas.
La guerra civil en Sudán estalló por las profundas discrepancias sobre el proceso de integración del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en el Ejército regular, lo que acabó por hacer descarrilar la frágil transición abierta tras la caída en 2019 del régimen de Omar Hasán al Bashir. Ese proceso ya se encontraba debilitado después de la asonada militar que depuso en 2021 al entonces primer ministro, Abdalá Hamdok, y truncó las aspiraciones de un gobierno plenamente civil.
Desde entonces, el conflicto se ha visto alimentado por la injerencia y el respaldo de distintos países a las facciones enfrentadas, lo que ha multiplicado la intensidad de los combates y la devastación. El resultado es una emergencia humanitaria de enorme magnitud, con millones de desplazados internos y refugiados en países vecinos, brotes de enfermedades y un grave deterioro de infraestructuras esenciales, incluidos hospitales y redes de saneamiento, que impiden ofrecer asistencia adecuada a cientos de miles de personas afectadas.











