La cifra de muertos en los recientes enfrentamientos en Sueida, al sur de Siria, y los ataques aéreos de Israel ha superado los 500. Estos enfrentamientos han involucrado a milicianos drusos y beduinos, con el apoyo de las fuerzas de seguridad, en la gobernación de Sueida, y han alcanzado también a la capital siria, Damasco.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, 276 de los muertos pertenecían al Ministerio de Defensa y Seguridad Pública, y 15 de estos fallecieron por los bombardeos israelíes. Adicionalmente, tres civiles murieron durante un ataque al edificio del Ministerio de Defensa en Damasco.
El reporte también incluye la muerte de 150 drusos, con 71 civiles entre ellos, que incluyen cuatro niños y 83 ejecutados por las fuerzas de seguridad, y 18 beduinos que participaban en los combates. Se reportó además la ejecución de tres civiles beduinos, incluyendo un niño, por parte de milicianos drusos.
El Observatorio ha adicionado a la lista una víctima adicional, un periodista cuya muerte durante los combates no ha sido esclarecida. Además, ha notado un incremento en el desplazamiento de familias beduinas debido a la tensión creciente, lo que podría propiciar ataques dirigidos hacia ellos.
«Los residentes viven en un clima de pánico y ansiedad, con el riesgo de derivar en un conflicto sectario y regional más amplio en escalada», advirtió el Observatorio. Asimismo, se ha mencionado que cualquier ataque colectivo o sistemático contra un grupo social es una seria amenaza para la cohesión de la sociedad siria.
Recientemente, Ahmed al Shara, presidente de transición de Siria, ha delegado la seguridad en Sueida a «algunas facciones locales y jeques religiosos», una medida justificada por la necesidad de mantener la unidad nacional y prevenir un conflicto de mayor escala. Tras la caída de Al Assad, el país ha enfrentado varios desafíos de seguridad, a pesar de las promesas del líder de HTS, Al Shara, de restaurar la estabilidad.