El ciudadano salvadoreño Kilmar Ábrego García, convertido en símbolo de la crisis generada por el endurecimiento de la política migratoria de la Administración Trump, salió a última hora de este jueves del centro de detención de Pensilvania en el que permanecía recluido y se encuentra ya en Baltimore, amparado por una orden judicial que veta de forma expresa cualquier nuevo arresto.
Ábrego García ha pasado nueve meses bajo el control de las autoridades migratorias de Estados Unidos, desde que fuera deportado por primera vez a El Salvador el pasado mes de marzo, acusado de pertenecer a las mafias del país.
En junio, El Salvador volvió a enviar a Ábrego García a territorio estadounidense para que afrontara los cargos por tráfico de personas que motivaron su primera detención en 2019 — el salvadoreño se ha declarado inocente de todos los cargos que se le imputan y dice que llegó de joven a EEUU para escapar de una persecución –. Pese a ello, terminó de nuevo encerrado en Pensilvania, mientras el Gobierno de Estados Unidos trataba de deportarlo otra vez, esta vez con destino a Liberia.
La jueza Paula Xinis no solo ordenó su excarcelación en la noche del jueves, sino que, pocas horas más tarde, dictó además una orden de protección a favor de Ábrego García frente a cualquier nuevo intento de arresto, al considerar que el Gobierno continúa sin presentar pruebas que avalen su permanencia bajo custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) ni, en consecuencia, su deportación.
“Se prohíbe a los demandados”, hace saber el dictamen de Xinis, recogido por “The New Republic”, “volver a detener al peticionario Kilmar Armando Abrego García bajo custodia de ICE hasta que este Tribunal pueda recibir información adicional de las partes y llevar a cabo una audiencia sobre la Moción de Orden Temporal de Restricción”.
Gracias a esta resolución, por ejemplo, las autoridades no podrán arrestar a Ábrego García este viernes cuando acuda a la cita obligatoria en las oficinas del ICE en Baltimore, donde se han congregado numerosos simpatizantes para mostrarle su respaldo.