La Administración que está finalizando su mandato en Bolivia ha emitido críticas hacia Rodrigo Paz, recién electo, por facilitar el regreso de la DEA (Agencia Antidrogas de Estados Unidos) al país. Recordemos que la DEA fue expulsada en 2008 por el entonces presidente Evo Morales, quien acusó a la agencia de conspirar para derrocarlo, justo después de expulsar al embajador estadounidense Philip Goldberg.
Roberto Ríos, ministro de Gobierno, comentó en rueda de prensa sobre unas declaraciones de Paz, quien se mostró abierto a colaborar con varios organismos internacionales, incluida la DEA. «Creemos y pensamos que estas declaraciones tienden justamente a tenderle la alfombra roja para que nuevamente la DEA retorne a nuestro país», expresó Ríos, quien también criticó el «fracaso» de la DEA en otras naciones por «imponer» sus métodos.
Ríos señaló los «resultados y efectos negativos» de la DEA en otros países, como la «violación sistemática de los Derechos Humanos y el uso excesivo de la fuerza», según declaraciones recogidas por el diario ‘El Deber’. Además, defendió que la lucha contra las drogas debe enfocarse tanto en la oferta como en la demanda, haciendo alusión a Estados Unidos, el mayor consumidor mundial.
El ministro destacó el enfoque del gobierno saliente en la lucha antidrogas, basado en la «dignidad y soberanía», sin interferencias externas y bajo una «responsabilidad internacional compartida». Este cambio de gobierno cierra casi dos décadas de liderazgo del Movimiento al Socialismo (MAS) y marca el inicio de la restauración de relaciones con Estados Unidos, evidenciado por las acciones inmediatas tras los resultados electorales del 19 de octubre.
Entre las primeras medidas anunciadas por la administración Trump, destacó un plan de ayuda para Bolivia con el fin de abordar la escasez de combustible, parte de una profunda crisis económica que enfrenta el país.
