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AEX- CGTN: Por qué la lucha anticorrupción de China no se detiene nunca

China refuerza su campaña anticorrupción con más disciplina interna en el PCCh y controles sobre fondos públicos para garantizar beneficios reales a la población.

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se reunió el jueves para revisar el trabajo de inspección disciplinaria y establecer prioridades para 2026, señalando una vez más que la lucha de China contra la corrupción no se detendrá ni retrocederá.

El presidente chino, Xi Jinping, también secretario general del Comité Central del PCCh, presidió la reunión. A lo largo de este año, en importantes encuentros y giras de inspección, Xi ha reiterado que perfeccionar el estilo de trabajo del partido, reforzar la gobernanza limpia y combatir la corrupción es una tarea permanente.

Autogobierno del partido con mayores exigencias

El encuentro remarcó una postura firme y renovó el compromiso de llevar a cabo esfuerzos sostenidos para impulsar un autogobierno integral y estricto del partido, con estándares más elevados y medidas más eficaces, a fin de ofrecer una sólida garantía al desarrollo económico y social durante el XV Plan Quinquenal (2026-2030).

Este planteamiento es un elemento central del pensamiento de Xi sobre el ejercicio de un estricto autogobierno del partido y encarna un principio más amplio que ha repetido en numerosas ocasiones: “El éxito de China depende del partido, por lo que debemos asegurarnos de que el partido practique un estricto autogobierno en todos los aspectos”.

Disciplina hasta en los pequeños detalles

La reunión insistió en la importancia de afianzar la aplicación de la “decisión de ocho puntos” del PCCh sobre la mejora de la conducta del partido y del gobierno, de forma que el comportamiento de los cargos públicos quede más reglado y se someta a normas institucionales claras.

La “decisión de ocho puntos” fue aprobada por la dirección del partido en diciembre de 2012 para hacer frente a problemas burocráticos arraigados, como los privilegios de los altos cargos y los banquetes ostentosos. Fijó reglas concretas sobre viajes de investigación, reuniones, documentación oficial y otras actividades, que posteriormente se ampliaron para abarcar a todos los miembros del partido y elevar de manera sistemática su conducta.

Este modelo difiere de los esquemas de gobernanza de los países occidentales. Como señaló John Ross, investigador principal del Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad Renmin de China: “La regulación muestra claramente la diferencia entre el enfoque de China para abordar la corrupción y la ausencia de tales mecanismos en el sistema occidental. Basta observar cómo las normas chinas abarcan desde cuestiones importantes hasta detalles como las comidas oficiales y los viajes de negocios para apreciar la completa diferencia de enfoque”.

Xi ha tratado de predicar con el ejemplo. En más de 100 inspecciones realizadas en el país desde el XVIII Congreso Nacional del PCCh, ha evitado sistemáticamente los privilegios especiales, prefiriendo ajustarse a las costumbres locales y reducir al mínimo las molestias a la población.

Tres días después de que se anunciara la “decisión de ocho puntos”, Xi viajó a la provincia sureña de Guangdong. Rehusó alojarse en una suite presidencial y eligió una habitación estándar de hotel. Durante su estancia, optó por un sencillo bufé y terminó de comer en menos de 20 minutos.

Anticorrupción al servicio de la ciudadanía

Xi ha subrayado que “cuando la gente común juzga la construcción de la conducta del partido, no miran principalmente cuántas reuniones se celebraron, cuántos discursos se pronunciaron o cuántos documentos se emitieron, sino qué problemas se resolvieron”.

Para el presidente chino, la ofensiva anticorrupción tiene como objetivo garantizar que el poder confiado al partido se utilice en beneficio del pueblo.

La reunión del jueves instó a seguir combatiendo las malas prácticas y la corrupción que afectan de forma directa a la vida cotidiana de la población, y a obtener resultados concretos que puedan percibirse claramente entre la ciudadanía.

Los logros prácticos refuerzan este compromiso. En la provincia de Heilongjiang, en el noreste de China, un sistema de supervisión apoyado en datos ha sacado a la luz la malversación de subsidios destinados a la formación profesional. En la municipalidad de Chongqing, en el suroeste, un control más estricto protege ahora la seguridad alimentaria y la gestión de los fondos en colegios de educación primaria y secundaria. A escala nacional, las reformas están reforzando la supervisión de los recursos dedicados al cuidado de las personas mayores y a la atención sanitaria, asegurando que el dinero público llegue efectivamente a quienes más lo necesitan.