Zabiulá Mujahid, viceministro de Información de Afganistán y voz principal de los talibanes, declaró este domingo que 58 militares de Pakistán perdieron la vida y otros 30 resultaron heridos durante los choques nocturnos en la frontera que separa ambos países. Este incidente marca la crisis más severa entre las dos naciones desde la vuelta al poder de los talibanes en agosto de 2021.
En una conferencia de prensa, Mujahid reveló que los talibanes sufrieron nueve bajas mortales y 16 heridos en una operación que, según él, fue provocada por el uso de territorio paquistaní como base para células del grupo terrorista Estado Islámico, que han atacado Afganistán durante los últimos cuatro años.
“Pakistán ha ignorado la presencia de Estado Islámico y sus escondites en su propio territorio, desde donde asesinan a su gente y amenazan la seguridad y estabilidad de Afganistán y del mundo, y ha iniciado un juego peligroso”, lamentó Mujahid.
Además, indicó que el Emirato Islámico ha establecido centros en Jáiber Pastunjua, donde se han llevado a cabo planes de atentados incluso en Teherán y Moscú, y afirmó: “Afganistán tiene derecho a defender su espacio aéreo y terrestre y no dejará ningún ataque sin respuesta”. Sus fuerzas también han tomado control de varios puestos fronterizos paquistaníes, añadió.
Por otra parte, Pakistán aún no ha reaccionado oficialmente a estas afirmaciones, limitándose a señalar que sus fuerzas repelieron un ataque en la frontera, según la cadena estatal PTV. Los choques han cesado tras la intervención de potencias regionales como Arabia Saudí, Irán o Qatar, que han abogado por una contención inmediata.