La presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, ha delegado oficialmente la responsabilidad de constituir un nuevo ejecutivo al primer ministro Albin Kurti, tras ocho meses de inactividad política sucediendo a los comicios, en un contexto de tensión continua con Serbia.
El anuncio se produjo tras una sesión parlamentaria el viernes, donde los legisladores kosovares ocuparon los asientos dejados vacantes por la minoría serbokosovar. Esta acción, junto a unos resultados electorales que no proporcionaron una mayoría clara a Vetevendosje, el partido de Kurti, ha precipitado otro punto muerto.
Las elecciones del 9 de febrero no arrojaron un vencedor definitivo y desencadenaron meses de conflictos entre los diputados, impidiendo la formación del Parlamento y, por ende, del gobierno, lo que llevó a Kurti a extender su cargo de forma provisional.
Para obtener un tercer mandato como primer ministro, Kurti, de 50 años, necesita al menos 61 votos en el Parlamento de 120 miembros. Su partido logró 48 escaños en los comicios de febrero, obligándolo a buscar alianzas para gobernar.
Las conversaciones para establecer una coalición han sido infructuosas hasta ahora. Si el gobierno propuesto por Kurti no recibe el apoyo parlamentario (dispone de dos oportunidades de votación para lograrlo), Osmani tendrá que disolver el Parlamento y convocar a nuevas elecciones.