Las autoridades alemanas han llevado a cabo este martes la expulsión a Siria de un ciudadano sirio condenado por robo, asalto y extorsión, en lo que constituye la primera deportación al país desde el estallido en 2011 de la guerra civil desencadenada por la represión de las protestas prodemocráticas de la llamada ‘Primavera Árabe’.
El Ministerio del Interior de Alemania ha explicado que el hombre fue puesto durante la jornada a disposición de las autoridades instauradas en Siria tras el derrocamiento en diciembre de 2024 del régimen de Bashar al Assad, quien abandonó el país poco antes de que yihadistas y fuerzas rebeldes se hicieran con el control de la capital, Damasco.
En paralelo, el departamento ha confirmado la expulsión de un ciudadano afgano igualmente condenado por un delito de agresión, la segunda deportación de este tipo en el plazo de una semana. “Las deportaciones a Siria y Afganistán deben ser posibles. Nuestra sociedad tiene un interés legítimo en garantizar que los criminales abandonan nuestro país”, ha manifestado el ministro del Interior, Alexander Dobrindt.
El Ejecutivo alemán había congelado las devoluciones a Siria desde el inicio de la contienda en 2011. No obstante, tras la caída de Al Assad se han multiplicado las voces que reclaman el regreso de los refugiados al país, aunque el Gobierno que entonces estaba en el poder insistió en que aún era pronto para concluir que existían las condiciones de seguridad necesarias para ello.
El actual gabinete, liderado por el canciller Friedrich Merz, que asumió el cargo en mayo, ha adoptado una línea más estricta en materia migratoria y ha reactivado las deportaciones, empezando por personas que cumplían penas de prisión tras ser condenadas por distintos delitos.
El propio Merz afirmó en noviembre que había trasladado al presidente interino de Siria, Ahmed al Shara --líder del grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS), anteriormente conocido por su nombre de guerra, ‘Abú Mohamed al Golani’--, su apoyo a un reinicio de las deportaciones.
“La guerra civil en Siria ha terminado. Ya no hay motivos para el asilo en Alemania, lo que significa que podemos empezar con las repatriaciones”, subrayó el 3 de noviembre, aunque posteriormente tuvo que matizar que Berlín “no deportará” a quienes hubieran llegado al país huyendo de persecución por razones políticas o religiosas.