Las autorizaciones para vender armas y material militar fabricado en Alemania registraron un fuerte retroceso en 2025, después de dos ejercicios consecutivos marcados por cifras sin precedentes, de acuerdo con los datos oficiales difundidos este lunes.
En una respuesta del Ministerio de Economía a una consulta parlamentaria del diputado de La Izquierda Ulrich Thoden, se detalla que entre el 1 de enero y el 8 de diciembre de 2025 Berlín dio luz verde a exportaciones de armamento y otros equipos militares por un valor total de 8.400 millones de euros.
La cifra supone un descenso notable frente al récord de 2024, cuando el volumen de entregas aprobadas alcanzó los 13.330 millones de euros, y queda igualmente por debajo de los 12.150 millones de euros autorizados en 2023.
En la contestación firmada por Thomas Steffen, secretario de Estado del Ministerio de Economía, se constata una contracción especialmente marcada en los suministros a Ucrania. Hasta el 8 de diciembre, las licencias concedidas a Kiev sumaban 1.140 millones de euros, muy lejos de los 8.150 millones de euros contabilizados a lo largo de todo 2024.
Una portavoz del Ministerio explicó a la agencia DPA que el respaldo continuado a Ucrania se apoya en parte en permisos concedidos con anterioridad. “Por otro lado, los fondos para Ucrania se están canalizando hacia proyectos a largo plazo, que no se reflejarán en su totalidad de inmediato en las autorizaciones de exportación, sino más adelante”, ha precisado.
Del volumen total autorizado en 2025, al Ejecutivo de coalición encabezado por el canciller conservador Friedrich Merz, en el cargo desde mayo, se le atribuyen licencias de exportación por 5.390 millones de euros.
El principal beneficiario de la ayuda militar alemana fue Noruega, que recibió autorizaciones por 1.310 millones de euros, seguida de Turquía, que no obstante registró su nivel más elevado desde 1999, con 726 millones de euros.
Pese al retroceso global de las cifras, el diputado Thoden ha censurado la política del Ejecutivo, alertando de que “el Gobierno federal utiliza estratégicamente las exportaciones de armas, lo que significa que los aliados reciben apoyo independientemente de su historial en materia de Derechos Humanos”.