Las autoridades de Alemania han decidido este viernes no participar, “en un futuro próximo”, en una eventual fuerza internacional de estabilización para la Franja de Gaza, dejando “al margen” a las Fuerzas Armadas alemanas, al menos por el momento.
El ministro de Exteriores alemán, Johann Wadephul, ha señalado que “mucha gente no puede imaginar que militares alemanes desempeñen funciones de ese tipo en la región” de Oriente Próximo, subrayando las reticencias internas ante un despliegue de tropas en el terreno.
Wadephul ha recalcado que “Alemania está dispuesta a desempeñar un papel constructivo en las estructuras recogidas en la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, como en la formación de un consejo de paz. Sin embargo, Berlín aún no ha recibido una invitación oficial para participar en dicho consejo, ha explicado.
A pesar de mantener a sus militares fuera de una misión de estabilización, el Gobierno alemán ha instado a que se active “cuanto antes” la segunda fase del plan de paz impulsado por Estados Unidos para el enclave palestino. “No debemos permitir que la actual división de Gaza, con una parte controlada por el Ejército israelí y la otra cada vez más controlada por Hamás, se vuelva permanente”, ha advertido el ministro.
El jefe de la diplomacia alemana ha admitido que la puesta en marcha del plan de paz afronta importantes obstáculos y ha reclamado tiempo para su aplicación. “Aunque deseemos que esto termine mañana, debemos prepararnos para el hecho de que seguirá siendo un proceso largo”. Según ha indicado, Hamás continúa activo “política y militarmente”, e incluso “podría estar recuperándose”.
Wadephul ha añadido que “actualmente, aún estamos muy lejos de poder iniciar el proceso de reconstrucción en la Franja de Gaza”, lamentando la situación sobre el terreno. Al mismo tiempo, ha destacado que Alemania puede desempeñar “un papel de mediación que tenga en cuenta la seguridad de Israel y se base en la relación entre las partes”.
Por otro lado, el ministro ha criticado el anuncio del Gobierno israelí sobre la posible aprobación de casi una veintena de nuevos asentamientos en Cisjordania, una decisión que ha rechazado con firmeza. “A largo plazo, la mejor solución sería la de los dos Estados. La expansión de los asentamientos amenaza con imposibilitar esto”, ha concluido.