António Guterres, secretario general de la ONU, ha expresado este martes su profunda preocupación por la persistente ejecución de la pena de muerte en Irán, específicamente tras la confirmación por parte del Tribunal Supremo iraní, en agosto, de la sentencia capital contra la activista laboral Sharifé Mohamadi.
Stéphane Dujarric, portavoz de Guterres, comunicó estas preocupaciones durante una conferencia de prensa, haciendo un llamado a los países que la siguen utilizando como castigo, para que implementen una moratoria inmediata sobre la pena de muerte.
El 16 de agosto, el Tribunal Supremo de Irán confirmó la pena de muerte dictada en julio del año anterior para Mohamadi, quien fue acusada de traición. Sin embargo, en octubre de 2024, el mismo tribunal revocaría esta decisión debido a la insuficiencia de pruebas en el cargo de rebelión contra gobernantes islámicos justos.
Antes de ser detenida en diciembre de 2023 en Rasht, al norte de Irán, Mohamadi se había destacado como una activa defensora de los derechos laborales en la provincia de Gilan, ubicada junto al mar Caspio.
















