Amnistía Internacional ha informado que, tras las recientes elecciones en Tanzania, más de cien personas han perdido la vida debido a la represión de las fuerzas de seguridad contra las manifestaciones opositoras. Estos comicios, que tuvieron lugar esta semana, han sido objeto de crítica por parte de detractores que acusan a la presidenta Samia Suhulu Hasan de haber eliminado a sus dos principales adversarios políticos.
Durante un «apagón» comunicativo, con el país sin acceso a Internet desde el miércoles y comunicaciones telefónicas intermitentes, Roland Ebole, investigador de Amnistía Internacional, ha ofrecido una «estimación» de al menos un centenar de muertes, cifra que supera ampliamente las diez víctimas reportadas previamente por la ONU, aunque ha destacado la dificultad de verificar estos datos de forma independiente.
Por otro lado, ni el portavoz policial David Misime ni el portavoz gubernamental Gerson Msigwa han estado disponibles para comentar sobre estas estimaciones. Además, desde el Partido de la Democracia y el Desarrollo (Chadema), su principal fuerza opositora, se han hecho declaraciones aún más alarmantes. Según John Kitoka, director para Asuntos Exteriores del partido, la cifra de muertos podría rondar los 700 y los heridos se cuentan por miles, añadiendo que numerosos simpatizantes del partido están siendo objeto de redadas y arrestos a lo largo del país.
Mientras se espera la publicación de los resultados oficiales, los cuales deben anunciarse en un plazo de 72 horas tras la votación, la presidenta Hasan parece encaminada a una victoria decisiva, con resultados preliminares que le otorgan el 97% de los votos en 120 de las 272 circunscripciones.
Kitoka ha calificado las protestas como «espontáneas» y ha expresado preocupación por que la publicación de los resultados pueda intensificar las tensiones. Cabe destacar que Tundu Lissu, líder de Chadema, se encuentra encarcelado desde abril acusado de traición, mientras que su vicepresidente, John Heche, está bajo custodia policial.















