La Comisión Europea ha manifestado este jueves su confianza en que Estados Unidos respete el convenio establecido para limitar los aranceles a un máximo del 15%, aun si el acuerdo formal no se concluye para mañana, 1 de agosto, fecha en la que Washington había programado imponer un sobrecargo del 30% a todas las importaciones europeas.
«Los negociadores de la Unión Europea y Estados Unidos están trabajando, tal y como se acordó, para ultimar la declaración conjunta. En caso de que se necesite más tiempo para ultimar la declaración conjunta, más allá del 1 de agosto, la UE entiende claramente que Estados Unidos aplicará el límite máximo arancelario general acordado del 15%», explicó Olof Gill, portavoz comunitario de Comercio, en una conferencia de prensa desde Bruselas. Este acuerdo fue el resultado de las negociaciones entre Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y Donald Trump, presidente de Estados Unidos, durante un encuentro reciente en Escocia.
El funcionario enfatizó que está en manos de Estados Unidos implementar el acuerdo y recalcó que «la bola está en su tejado».
El pacto, que se espera sea detallado en un comunicado conjunto, aunque no será legalmente vinculante, se ve como una guía para la futura política comercial entre Washington y Bruselas. En Bruselas se considera que el arancel general del 15% es «aceptable», siempre que este sea el límite y abarque todas las tarifas comerciales sin acumularse con otros aranceles. Maros Sefcovic, comisario europeo de Comercio, destacó que este acuerdo evita una guerra comercial con consecuencias graves y lo describió como el «mejor acuerdo» en unas condiciones «muy difíciles».
Respecto a las negociaciones en curso sobre ciertos productos como el vino y las bebidas espirituosas, que aún no están incluidos en el acuerdo y que la UE desea eximir, se espera que a estos productos se les imponga un arancel del 15%, siguiendo el gravamen general, mientras continúan las negociaciones. El acuerdo con Estados Unidos incluye algunas excepciones sin aranceles, donde Bruselas negocia la inclusión de bebidas destiladas y vinos, junto con la aviación y sus componentes, ciertos químicos, algunos medicamentos genéricos, partes de semiconductores, algunos productos agrícolas, recursos naturales o materias primas esenciales.
