El Gobierno chino ha censurado este lunes la “detención arbitraria” de tres petroleros venezolanos llevada a cabo por el Ejército de Estados Unidos, remarcando que este tipo de operaciones supone “una grave violación del Derecho Internacional”. Caracas ya había repudiado estos hechos y los había calificado de “piratería” por parte de Washington.
El portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Lin Jian, ha recalcado que “China se opone firmemente a las sanciones unilaterales e ilegales impuestas sin base en el Derecho Internacional o autorización del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, así como a cualquier acción que viole los propósitos y principios de la Carta de la ONU e infrinja la soberanía y seguridad de otros países”.
En esta línea, ha subrayado que “Venezuela tiene derecho a desarrollar de forma independiente una cooperación mutuamente beneficiosa con otros países” y ha añadido que Pekín considera que “la comunidad internacional entiende y apoya la posición de Venezuela a la hora de proteger sus derechos e intereses legítimos”, de acuerdo con la información difundida por el diario chino ‘Global Times’.
Tras el posicionamiento de Pekín, el ministro de Exteriores de Venezuela, Yván Gil, ha trasladado el reconocimiento del Ejecutivo de Nicolás Maduro a las autoridades chinas. “En nombre del presidente, Nicolás Maduro, expresamos nuestro sincero agradecimiento a la República Popular de China por su firme defensa del Derecho Internacional y su rechazo a las prácticas de hegemonismo unilateral de Estados Unidos”, ha señalado Gil en su canal de Telegram.
El jefe de la diplomacia venezolana ha incidido en que “estas acciones han incluido el asalto a embarcaciones con petróleo venezolano, lo que constituye una violación de la Carta de la ONU y de los principios fundamentales de soberanía y autodeterminación. Asimismo, valoramos profundamente el respaldo a nuestro derecho legítimo de desarrollar libremente nuestro comercio”.
La última operación de Estados Unidos tuvo lugar el domingo, cuando llevó a cabo su tercera incursión de este tipo en aguas frente a Venezuela, pese a que el tercer petrolero implicado no aparecía en la relación de buques sancionados por el Departamento del Tesoro estadounidense, en el contexto de un “bloqueo” contra estos navíos anunciado por el entonces presidente norteamericano, Donald Trump.