Un ataque aéreo perpetrado por las Fuerzas Armadas de Rusia en Odesa, una ciudad situada en el sur de Ucrania, ha dejado un saldo de un civil ucraniano muerto y tres heridos, informaron autoridades locales el sábado.
«Se está trabajando en la eliminación de las consecuencias de un ataque enemigo masivo. Se sabe preliminarmente que una persona ha muerto y al menos tres han resultado heridas», anunció Oleh Kiper, gobernador de Odesa, en una declaración en su canal oficial de Telegram.
Kiper confirmó que «todos los servicios pertinentes» acudieron inmediatamente al sitio del incidente, aunque no proporcionó más detalles sobre la situación actual en el lugar.
El Servicio Estatal de Emergencias comunicó que el ataque causó un incendio que afectó las plantas sexta a novena de una edificación de nueve pisos. «El fuego fue extinguido por los rescatistas junto con voluntarios», agregó, y reveló que cinco personas fueron rescatadas de los apartamentos en llamas, pero lamentablemente, una mujer falleció debido a las heridas provocadas por el incendio.
ZELENSKI DENUNCIA MÁS DE 300 DRONES RUSOS LANZADOS LA PASADA NOCHE
Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, denunció que durante la noche anterior, Rusia había lanzado 300 drones de ataque y más de 30 misiles contra varias ciudades ucranianas. «La eliminación de objetivos continúa; los drones permanecen en el aire», afirmó Zelenski.
Después del ataque, se están efectuando operaciones de rescate en múltiples regiones incluyendo Donetsk, Kirovogrado, Dnipro, Sumy, Jersón, Volinia, Zaporiyia, Nikolaev, y Yitomir. «En Sumy, la infraestructura crítica resultó dañada, dejando a miles de familias sin electricidad», explicó el mandatario.
El Ministerio de Defensa ruso confirmó la intercepción de 71 drones ucranianos sobre territorio ruso, incluyendo 16 sobre la región de Moscú, durante la misma noche, según reportes de la agencia TASS.
Este último ataque se enmarca dentro del conflicto bélico que comenzó con la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, guerra que ha sido condenada repetidamente por la Unión Europea, que recientemente aprobó su 18º paquete de sanciones contra Rusia, estableciendo un precio máximo al petróleo ruso de 47,6 dólares, después de que Eslovaquia levantara su veto tras recibir garantías sobre su suministro de gas por parte de la Comisión Europea.