Las delegaciones de Afganistán y Pakistán han concluido sin lograr avances la tercera ronda de diálogos en Estambul, poniendo fin a las conversaciones por ahora debido a diferencias significativas. El objetivo era consolidar acuerdos previos tras el reciente aumento de tensiones y ataques en octubre entre ambas naciones.
El núcleo del conflicto radica en las exigencias de Pakistán a los talibanes para prevenir incursiones transfronterizas, enmarcado en acusaciones a Kabul de apoyar al grupo Tehrik-e Taliban Pakistan (TTP). “Hay un punto muerto total. Las negociaciones han entrado en una fase indefinida”, afirmó Jawaya Asif, ministro de Defensa de Pakistán, en una entrevista para Geo News al recalcar que “la única demanda” es “que Afganistán debe garantizar que su territorio no se utilice para ataques contra Pakistán”.
Asif mencionó que los talibanes solo ofrecían compromisos verbales, insuficientes en negociaciones internacionales. Por su parte, Attaullah Tarar, ministro de Información paquistaní, criticó a Afganistán por no cumplir sus compromisos internacionales en control del terrorismo.
En contraposición, Kabul ha acusado a Pakistán de delegar toda la responsabilidad de seguridad en ellos. Zabihulá Muyahid, portavoz talibán, expresó en X que su delegación asistió con la “esperanza de obtener resultados constructivos”, pero la actitud de Pakistán impidió cualquier avance. Muyahid también aseguró que Afganistán está “totalmente preparado” para defender sus fronteras, aunque no permitirá que su territorio sea usado para agredir a otros países.
A pesar del estancamiento en las negociaciones, el alto el fuego pactado el 15 de octubre sigue vigente, según aseguró el ministro de Defensa paquistaní, quien advirtió que responderán si hay agresiones desde Afganistán.