El ministro de Exteriores danés, Lars Lokke Rasmussen, ha llamado este lunes a consultas al embajador de Estados Unidos en Copenhague, Ken Howery, para tratar el "inaceptable" nombramiento de un enviado especial para Groenlandia y exigir a Washington que "respetar las fronteras danesas".
La reacción de Rasmussen llega después de que el gobernador del estado de Luisiana, Jeff Landry, fuera designado para el puesto y celebrara públicamente su elección para la "tarea de convertir Groenlandia en parte de Estados Unidos", según manifestó en un mensaje difundido en redes sociales.
"Estas declaraciones", según Rasmussen, son "totalmente inaceptables" y suponen una "decepción". "Estoy muy molesto", ha afirmado el jefe de la diplomacia danesa, visiblemente indignado en unas declaraciones concedidas al canal 2 de la televisión pública de Dinamarca.
El ministro ha adelantado que reclamará a Howery una explicación detallada y un posicionamiento "claro" sobre lo ocurrido. También ha subrayado que los "socios europeos han trasladado a Dinamarca su apoyo" ante este nuevo gesto de Washington hacia el territorio ártico.
Mientras tanto, el primer ministro de Groenladia, Jens Frederik Nielsen, ha optado por rebajar la tensión y ha insistido en que la designación "no es una fuente de preocupación" para él. En un mensaje publicado en Facebook, ha enfatizado que esto "no cambia que Groenlandia es quien controla su propio destino".
"Estamos abiertos a la cooperación con otros países, incluido Estados Unidos, pero con respeto a nuestros valores y aspiraciones. Estamos unidos y nunca seremos destruidos", ha remachado el dirigente groenlandés, defendiendo la autonomía de la isla.
Desde Washington, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha elogiado a Landry y ha subrayado que "comprende lo esencial que es Groenlandia para la seguridad nacional y promoverá con firmeza los intereses de nuestro país en materia de seguridad y supervivencia".
Este movimiento se inscribe en las reiteradas aspiraciones de Estados Unidos de reforzar su influencia sobre este territorio autónomo estratégico bajo soberanía de Dinamarca, incluso recurriendo a la presión mediante referencias a posibles iniciativas de carácter militar.