Pakistán y los talibán afganos se ven envueltos en la más severa confrontación bélica desde que los fundamentalistas retomaron el control en agosto de 2021. Desde la madrugada, se han registrado intensos enfrentamientos a lo largo de la frontera, resultando en la muerte de varios efectivos de seguridad de ambos lados y la toma o destrucción de numerosos puestos de control.
Solo dos días antes de estos choques, los talibán habían acusado al ejército paquistaní de bombardear la provincia de Paktika con el objetivo de eliminar a Nur Wali Mehsud, líder del grupo Tehrik-e Taliban Pakistan, quien habría sobrevivido al ataque. La noche del sábado, combatientes talibán, incluyendo afganos y paquistaníes, atacaron múltiples puestos fronterizos paquistaníes en varias provincias, incluyendo Jáiber Pastunjua y Baluchistán.
El responsable de Interior de Pakistán denunció en su cuenta de X que “El lanzamiento de proyectiles por parte de las fuerzas afganas contra poblaciones civiles es una flagrante violación del Derecho Internacional”, alabando la pronta respuesta de las fuerzas paquistaníes. Por su parte, el Ministerio de Defensa afgano ha calificado la operación como un “éxito”. Según fuentes, al menos 15 militares paquistaníes han muerto, mientras que Pakistán afirma haber capturado 19 puestos fronterizos afganos.
El Ejército paquistaní ha advertido sobre “ataques no provocados” y ha iniciado un contraataque. Además, ha acusado a las autoridades afganas de estar influenciadas por “elementos pro-indios”. “Esta guerra no es realmente entre los pueblos de Pakistán y Afganistán, sino contra los elementos pro-indios en Afganistán”, declararon desde el Ejército en X. El ministro del Interior ha comparado esta situación con la hostilidad hacia India, prometiendo una respuesta similar.
En el ámbito diplomático, los ministros de Exteriores de India y Afganistán se reunieron recientemente para fortalecer lazos, mientras que Pakistán convocó al embajador indio para expresar su descontento con ciertas declaraciones. Por otro lado, el viceministro de Información talibán acusó a Pakistán de albergar a Estado Islámico, amenazando con represalias.
Varias potencias regionales, incluyendo Qatar, Arabia Saudí e Irán, han llamado a la calma y al diálogo para resolver la situación y mantener la estabilidad regional.